No ser madre, un castigo social
Por Lucía Cavallaro, 09:12 Hs. Lectura aprox.: 6 min.
¿Por qué desde niñas nos dan el bebe para cuidar, la escoba para barrer y el hornito para cocinar? Nos educaron para ser madres desde que nacimos, pero nadie nos enseñó lo que realmente importa: luchar por nuestros derechos y la posibilidad de elegir por sobre nuestros cuerpos.
¿Si pudiera elegir una niña con qué jugar, sin conocer que todas sus amigas tienen bebés, que elegiría? La maternidad es considerada como un instinto innato que impulsa a las mujeres a proteger y cuidar a sus hijos/as una vez que han nacido; resulta que sólo es un mito.
Cuando se habla de “instinto maternal” se refiere a una capacidad de la mujer o cuerpo gestante que plantea que desde chicas “ya sabemos y conocemos” cómo se cuida un bebé. Entonces, si cuidar y proteger sólo se liga a la maternidad y a las mujeres ¿Qué es lo que hacemos con la gente que más queremos? ¿Sólo está arraigado al género? Esto nos impone cierta naturaleza que cumplir; un rol que es ante todo una presión social.
Actualmente, son muchas las mujeres que han sido educadas para conseguir una pareja, casarse y procrear. Pero también son muchas las que no deciden seguir este camino y no cumplir con el rol de madre. Este grupo, que hace a un lado el deseo de la sociedad, son las mujeres o cuerpos gestantes “NoMo” (No Mother), este término fue bautizado en 2011 por Jody Day, una escritora inglesa que no pudo ser madre por problemas de fertilidad.
Asimismo, existen las/os “Childfree” o “sin hijos/as por elección” que, poco a poco, fueron tomando fuerza en la sociedad. Si bien estos términos comenzaron a escucharse no hace mucho tiempo, hoy por hoy ya muchas personas comparten abiertamente que no quieren ser madres o padres.
Comúnmente se escuchan los mismos comentarios ante la decisión de no procrear: “Sos egoísta” “¿Quién te va a cuidar?” “Es porque estás frustrada/o” “Qué superficial” “Se te va a ir el tren”. Sin embargo, estos son muchos de los discursos hegemónicos que presionan a las personas para “encajar” en la sociedad para no salirse de lo establecido.
Por muchos años la creencia religiosa hizo ver a la maternidad como un deber y un logro de la mujer. Lo que plantean las “NoMo” es que la felicidad no depende de tener o no tener hijos, no nos completa como mujeres, no es algo que debemos hacer para sentirnos como tales.
Olaya Dotel Caraballo, feminista y viceministra de Cooperación Internacional en Santo Domingo (República Dominicana) afirma: “Que la maternidad sea vista como un deber y un logro de la mujer es una creencia totalmente religiosa. Cada vez más la humanidad se va construyendo de esa manera, donde la maternidad es más un derecho y una opción que tienen las personas, en este caso las mujeres”.
El sistema internacional de DDHH declara que la mujer tiene derechos reproductivos y deben ser resguardados por el Estado. Entre los mismos, están el decidir procrear y no procrear y así, en concordancia con la normativa internacional, ninguna mujer debe ser obligada a ser madre en contra de su voluntad.
“Si la maternidad no era el objetivo de mi vida ¿por qué me sometí voluntariamente a la tortura de pasar por siete fecundaciones in vitro? Uno el afán mío por lograr todo lo que me propongo, aunque para ello me tenga que dejar la salud en el camino y otro la influencia del entorno”, menciona María Fernández Miranda, periodista española, en su libro “NO MADRES. Mujeres sin hijos contra los tópicos”.
Definitivamente ser madre no es la única forma de ser feliz o trascender, así lo demostraron innumerables mujeres, entre ellas: la pintora Frida Kahlo, la famosa escritora argentina Victoria Ocampo, la diseñadora Coco Chanel, la escritora Virginia Woolf, entre muchas otras.
- Virginia Woolf, “No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”.
- Coco Chanel, “El acto más valiente es pensar por una misma. En voz alta”.
- Victoria Ocampo, “Mi única ambición es llegar a escribir un día más o menos bien, más o menos mal, pero como una mujer.”
- Frida Kahlo, “Pies para qué los quiero si tengo alas para volar”.
Ailín Cubelo Naval, estudiante argentina de Ciencias Políticas, a los 22 años se ligó las trompas después de que un experto en la salud ginecológica se lo negara dos veces y le pidiera una especie de pericia psicológica.
Ailín iba a la secundaria cuando decidió no tener hijos/as y tiempo después fue cuando optó por un procedimiento quirúrgico permanente. Finalmente, al cambiar de médico pudo lograr su deseo y romper con las barreras de los mandatos sociales que tanto afectan a las mujeres. “Me estoy encontrado con muchas personas que comentan en los grupos ‘si yo hubiera tenido esta información cuando era joven, no habría tenido hijos. La maternidad no debería ser una imposición social”, comentó en una entrevista con Infobae.
Ailín Cubelo Naval: “La maternidad no debería ser una imposición social”
El simpatizar con niños/as, tener más de 40 años, tener pareja, casarse o simplemente ser mujer o poder gestar, no nos convierte en futuras madres; lo que sí lo hace es la propia decisión sobre nuestros cuerpos. La psicóloga con Perspectiva de Género Vanesa Elias afirma: “Es el entorno el que no acepta o comprende que esa mujer se sienta completa sin hijos. Pareciera que las mujeres sí o sí tenemos que estar en falta, y que el bebé es el falo simbólico que para el psicoanálisis viene a completarnos”.
Ante todo la maternidad es una experiencia y una elección de las mujeres y los cuerpos gestantes, no un mandato ni una obligación. La sociedad aún tiene mucho que aprender en cuanto a lo antiguamente establecido para poder progresar hacia un futuro sin estigmas ni estereotipos que limiten la vida de las personas. Por último, Vanesa agrega: “En los últimos años, gracias a la lucha feminista , hubo un quiebre muy fuerte que abrió nuevas posibilidades de repensarnos, vincularnos y conquistar espacios que antes nos habían sido prohibidos”.