Zelensky entregó cómo señal de amistad, el cinturón del campeón ucraniano Oleksandr Usyk, mientras el presidente de los EE.UU elogia la vestimenta del presidente de Ucrania. Todo cordialidad.
Absoluta cortesía, hasta que en un momento todo se convirtió en una situación sin precedentes en la diplomacia moderna. Ante las cámaras de televisión del mundo, y frente a los periodistas que cubrían el evento, las voces se alzaron y desparramaron ambos mandatarios todo tipo de acusaciones vehementes.
El presidente y el vice de los EE.UU, recriminaron a Zelensky, no estar agradecido por el inmenso apoyo brindado, durante el todo el periodo del conflicto por parte del Gobierno americano.
En un principio, el presidente Zelensky, viajó a Washington, para firmar un acuerdo que permitiera a los EE.UU, explotar los recursos minerales existentes en tierras raras localizadas en Ucrania. Pero un primer borrador del acuerdo se parecía mucho a un saqueo de estilo colonial, que se le estaba imponiendo a una nación en estado desesperado; el presidente europeo, se negó a su firma, y parece que este hecho desató la furia de Trump.
No existe ninguna razón para que el presidente de EE.UU pueda creer en la buena fe de Putin. Las últimas cinco administraciones estadounidenses han intentado restablecer las relaciones con Rusia y su líder. Todos los intentos fracasaron y Putin ha faltado a su palabra en reiteradas oportunidades.
Moscu considera que la UE, respalda “el loco régimen nazi” del presidente ucraniano. El Gobierno de Rusia viene considerando que la “dura reprimenda”, que le efectuó este último viernes, el presidente de los EE.UU a Volodimir Zelensky constituye a la vez un reproche a los aliados europeos que respaldan el régimen del presidente ucraniano.
El altercado que se desató entre Trump y Zelensky, duró algunos minutos, y fueron varios los medios que pudieron presenciar el acontecimiento de características absolutamente inusuales. El mandatario ucraniano salió despedido del Salon Oval, retirándose sin firmar el acuerdo, por el cual Estados Unidos iba a continuar entregando armamento, a cambio de la explotación de las tierras raras existentes en Ucrania, que llevaría a cabo a partir de esos momentos su aliado en la guerra contra Rusia.
La portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, Maria Zajarova, ha aseverado que el incidente acontecido no tiene precedentes en la historia de la política y diplomacia internacionales y sostiene que Zelensky “no puede mostrar sentido de responsabilidad y por eso está obsesionado por continuar la guerra, rechazando la paz, que para él, es cómo la muerte”.
“Con su comportamiento escandalosamente grosero durante su estancia en Washington, Zelensky confirmó que es la amenaza más peligrosa para la comunidad mundial”, afirmó Zajarova.
Tras el incidente entre Vladimir Zelenski y Donald Trump en los salones de la Casa Blanca, el premier britanico, Keir Starmer, organizó una cumbre de países europeos. Más de una docena de líderes se reunieron este domingo en Londres, para analizar la crisis ucraniana.
Zelenski, al retirarse abruptamente de los EE.UU, se dirigió a Londres donde fue acogido por el premier britanico, quien lo recibió, efectuando reiteradas muestras del inquebrantable apoyo de su país al país eslavo.
Entre los líderes europeos que han vuelto a manifestar su apoyo a Kiev se hallan el canciller aleman Olaf Scholz, el presidente del Gobierno español Pedro Sanchez, el presidente de Francia Emmanuel Macron, entre otros.
El pasado lunes, varios países occidentales cómo Canadá, Noruega, Suecia, España y Reino Unido habían anunciado nuevos paquetes de ayuda militar y financiera a Kiev.
La realidad, de acuerdo a lo sucedido, es que la cooperación bélica de los últimos tres años entre Estados Unidos y Kiev estaba terminada en apariencia. Resta saber si la entrega de las tierras con recursos minerales extraños, por parte de Ucrania, podrán establecer la cooperación de Donald Trump para que Zelensky pueda seguir enfrentando a Rusia de ahora en adelante.
Casi se tiene la certeza que la intención de Trump es el restablecimiento de las relaciones con Rusia olvidándose de la invasión ilegítima llevada a cabo en Ucrania, las investigaciones sobre crímenes de guerra de los rusos, y negarse a darle al país eslavo de garantías en un futuro.