El próximo 20 de noviembre se dará comienzo al evento más popular a nivel mundial, la Copa Mundial de Fútbol 2022. En esta edición, la sede será Qatar, por lo que esta será la tercera vez que el torneo se dispute en el continente asiático. A pesar de la euforia entre los fanáticos, diversas organizaciones y medios de comunicación denunciaron múltiples controversias ocurridas en el país.
En primer lugar, el gobierno qatarí ordenó la construcción de ocho estadios para el certamen. Los empleados, en su mayoría inmigrantes, eran sometidos a condiciones laborales infrahumanas quitándoles todo tipo de derecho hasta la vida misma. Alrededor de 6.500 trabajadores fallecieron debido a las altas temperaturas, no sólo en la construcción de dichos estadios, sino también en la de hoteles, aeropuertos y líneas de transporte que comenzaron a partir del 2010.
Por otro lado, Qatar es uno de los países más machistas y misóginos del continente asiático. La sociedad se rige por el sistema de tutela masculina el cual considera a la mujer como un objeto propiedad del hombre. Gracias a dicho sistema, las mujeres no pueden tomar decisiones vitales por sí solas como casarse, estudiar, viajar al extranjero, acceder a empleos gubernamentales y recibir atención en salud reproductiva. A su vez, se les niega ser las tutoras principales de sus hijos a pesar de estar divorciadas y poseer la custodia legal de los mismos.
Finalmente, el gobierno qatarí prohibió el ingreso de la comunidad LGBT+ al mundial. Actualmente, según la ley del país, dicha comunidad es castigada y podría ser condenada a siete años de prisión en caso de tener relaciones con otra persona de su mismo sexo. Incluso, el ex presidente de la FIFA aconsejó que toda persona homosexual que visite el país en época de mundial, se abstenga de cualquier actividad sexual y demostraciones de afecto en público. Nasser Al-Khater, portavoz de la Copa del Mundo, justificó dicha condena expresando lo siguiente: “Quien luzca la bandera LGBTIQ+ en el Mundial será arrestado por 7 u 11 años. Qatar es un país islámico y se debe respetar su religión”.