Según fuentes oficiales, Miguel Ángel Pesce, presidente del Banco Central, y Raúl Rigo, secretario de Hacienda, estarán a cargo de la gestión económica durante la licencia de Massa. Pesce coordinará la transición financiera, mientras que Rigo se encargará del diálogo con el nuevo gobierno en el ámbito fiscal.
Al reconocer su derrota, Massa expresó que con el resultado electoral finalizaba una etapa y que, a partir de mañana, "la responsabilidad de dar certezas sobre el funcionamiento económico" recaería en el presidente electo.
Alberto Fernández, por su parte, dio el primer paso hacia una transición ordenada al llamar a Milei antes de las 21 horas para ponerse a disposición y facilitar un traspaso de poder sin inconvenientes. Se espera que se lleve a cabo una reunión formal en Casa Rosada próximamente, seguida de encuentros sectoriales entre los equipos de ambos líderes.
El próximo presidente heredará una situación económica crítica, con indicadores preocupantes como una inflación anual del 142,7%, pobreza superando el 40%, una disminución del Producto Bruto Interno del 2,2% respecto a 2019, reservas negativas en el Banco Central y un déficit en la balanza comercial. La cotización del dólar oficial ha experimentado un aumento significativo en los últimos cuatro años, alcanzando los $369,50, mientras que la cotización libre cerró a $950 el viernes, con una brecha superior al 150%.
Además, el nuevo presidente enfrentará el desafío de gobernar con un Congreso fragmentado, donde sus bloques deberán buscar consensos para llevar a cabo las reformas propuestas durante la campaña. Con 38 diputados y 7 senadores, la coalición del presidente electo se verá exigida en su capacidad de construir acuerdos, lo que también marcará el destino de Juntos por el Cambio como coalición política.
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