El expresidente de Uruguay, José "Pepe" Mujica, falleció el 13 de mayo de 2025, a los 89 años, dejando un legado imborrable en la política y la sociedad de su país. La noticia fue anunciada por el presidente de Uruguay, Yamandú Orsi, a través de las redes sociales, generando un torrente de emociones y reconocimientos en todo el mundo.
Mujica, conocido por su austeridad y sencillez, fue un líder que fascinó al mundo con su estilo de vida y su compromiso con la justicia social. A lo largo de su vida, enfrentó desafíos extremos, desde recibir seis balazos en un intento de asesinato hasta pasar 10 años confinado en un pozo de poco más de un metro cuadrado durante la dictadura militar en Uruguay.
Sin embargo, Mujica emergió de esas experiencias con una sabiduría y una determinación que lo llevaron a convertirse en uno de los líderes más respetados de su país. Fue electo diputado, senador y, en 2010, presidente de Uruguay con casi el 55% de los votos.
Su presidencia fue marcada por políticas innovadoras y progresistas, que lo convirtieron en un referente internacional. Mujica también mantuvo una estrecha relación con el papa Francisco, con quien compartía valores humanistas y una preocupación por el cuidado del medio ambiente.
El funeral fue un evento multitudinario, con miles de personas despidiéndolo en el Palacio Legislativo de Uruguay. Figuras destacadas como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el presidente de Chile, Gabriel Boric, estuvieron presentes para rendir homenaje a este líder excepcional.
"Pepe fue el mejor presidente que tuvo el Uruguay", repetían los asistentes, reflejando el impacto que Mujica tuvo en la vida de millones de personas. Su legado seguirá inspirando a generaciones futuras, y su memoria permanecerá viva en la historia de Uruguay y del mundo.