El 30 de mayo de 1981, Sergio y Pablo Schoklender asesinaron a sus padres en su departamento de Belgrano. El caso, marcado por el incesto, el odio y un pacto de silencio, sigue resonando en la memoria colectiva.
Argentina se estremeció con la noticia del brutal asesinato de Mauricio Schoklender y Cristina Silva, perpetrado por sus propios hijos, Sergio y Pablo. El crimen, ocurrido en el barrio porteño de Belgrano, reveló una trama de incesto, odio y un enigmático pacto de silencio que dejó una marca indeleble en la historia criminal del país.
Los cuerpos de Mauricio y Cristina fueron encontrados con los cráneos destrozados, ocultos en el baúl de un auto. La investigación reveló que los hermanos Schoklender habían planeado el parricidio con frialdad, motivados por un profundo resentimiento hacia sus padres. La cobertura mediática del caso fue intensa, y las crónicas de la época describieron con detalle los macabros aspectos del crimen.
Sergio y Pablo fueron condenados a prisión perpetua, pero con el tiempo ambos recuperaron su libertad. A pesar de haber cumplido sus condenas, los hermanos siguen siendo figuras controvertidas, involucrados en nuevos escándalos y procesos judiciales relacionados con la administración de fondos públicos.
A 43 años del parricidio, el caso Schoklender sigue siendo objeto de análisis y reflexión, recordándonos la complejidad de la naturaleza humana y los oscuros recovecos de las relaciones familiares.