El 2 de septiembre de 1845, Bernardino Rivadavia, quien fue el primer jefe de Estado de las Provincias Unidas del Río de la Plata, desempeñando el rol de presidente, falleció en el destierro en la antigua ciudad portuaria de Cádiz, ubicada al suroeste de España. Tras 179 años de su defunción, su legado aún perdura en los recuerdos del pueblo argentino, convirtiendo a su emblemática figura en un foco de debates y reflexión.
Ejerciendo un papel fundamental en los primeros años de la independencia de nuestro país, el político gobernó mediante una administración diplomática centralizada y con reformas unitarias, dando a entender que una patria resistente no podía formarse sin un Estado independiente con su propio ejército, fronteras y constitución nacional. Fue el primer prócer en obtener un reconocimiento soberano de una potencia extranjera, destacándonos en el mundo como una nación única e imperecedera.
La reorganización del sistema judicial, la creación del Banco Nacional y la promoción de la educación pública y de la infraestructura, son algunas de sus reformas más importantes."No hay libertad ni riqueza sin ilustración”, decía Rivadavia. Además, tomó medidas para reforzar la administración central, pero estas reformas causaron disputas con las provincias, limitando así su mandato.
Para un hombre que dedicó gran parte de su vida a trabajar por el progreso y el crecimiento del país, su muerte en el exilio fue un destino lleno de ironías y paradojas. A pesar de sus contribuciones a la construcción de la nación, no pudo cumplir en vida su último deseo de ser sepultado en su amada Buenos Aires. Sus restos, lejos de la tierra por la que tanto luchó, permanecieron en Cádiz durante casi un siglo, un destino que simboliza la complejidad de su figura y el conflicto que su legado generó en la Argentina de su tiempo. No fue sino hasta 1932, cerca a un centenario después de su fallecimiento, que sus restos finalmente fueron repatriados en el cementerio de la Recoleta, un proceso que se extendió en el tiempo y que refleja la ambigüedad y la controversia que rodearon su vida y su obra.