En Suiza, el suicidio asistido es legal desde 1942 y el método que se utiliza para llevarlo a cabo es el consumo de un fármaco letal. Sin embargo, el país europeo podría implementar pronto una cápsula similar a un ataúd, creada por el doctor Philip Nitschke, un controvertido defensor de la eutanasia que fue apodado como el "Dr. Muerte" y "el Elon Musk del suicidio asistido". Quienes conformaron el marco legal para pedir el suicidio asistido fueron la Academia Suiza de Ciencias Médicas, las Federación Médica Suiza y distintas asociaciones médicas. Actualmente, los requisitos para acceder a la "ayuda a morir" indican que la persona tiene que padecer una enfermedad o limitación funcional que provoque un sufrimiento que juzge insoportable. Además, excluyen, sin excepciones, a las personas que tienen una enfermedad mental.
¿Cuál es la diferencia entre eutanasia y muerte asistida?
Este respaldo legal ha impulsado el desarrollo de lo que se conoce como “turismo de la muerte”. Es decir que ciudadanos, sobre todo de Alemania e Inglaterra, aunque también de Francia e Italia, que presenten el certificado médico que avale una enfermedad terminal y que haya pasado por una terapia y todavía sienta ganas de morir, encontrará ayuda en alguna de las otras dos organizaciones que sí prestan los servicios a extranjeros: Dignitas y Eternal Spirit. Exit explica que frente a la demanda y para hacer un buen trabajo, se enfoca únicamente en los ciudadanos helvéticos. Y aclara: “Exit está muy interesada en que los demás países resuelvan sus problemas en relación con este tema para que así las personas con enfermedades terminales no tengan que viajar para poner fin a su sufrimiento". Al ser la eutanasia ilegal en Argentina, muchas personas se plantean la posibilidad de solicitar una eutanasia en el extranjero. La realidad es que no es fácil. Son pocos los países que han regulado la eutanasia, y aún menos los que aceptan solicitudes de personas no residentes en su territorio. El suicidio asistido es un tema delicado, pero cada vez es más aceptado en Suiza. Cada año, más de 1 000 personas recurren a él y aumenta el número de personas inscriptas en organizaciones de acompañamiento para el final de la vida. En 2020, las personas con cáncer representaron el 36% (333) de todos los casos de suicidio asistido (913).
En 2000, tres extranjeros recurrieron al suicidio asistido en Zurich. En 2001, el número de turistas suicidas aumentó a 38, además de otros 20 en Berna. En 2002, sólo en Zurich, 55 extranjeros llegaron para suicidarse en una tierra ajena a ellos y en un departamento que no les pertenecía.