El pasado sábado 30 de septiembre, se vivió la 49° peregrinación juvenil a Luján bajo el lema "Madre, estamos en tus manos, danos fuerzas para unirnos". Donde miles de fieles caminaron hacia la casa de la Virgen
El punto de partida era el Santuario de San Cayetano, ubicado en Liniers. Allí el arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Ignacio García Cuerva, daba la bendición de envío a los peregrinos a las 10 de la mañana. El recorrido es de 60 kilómetros, camino largo donde varias entidades prestan sus servicios hacia los feligreses. Algunos de ellos son La cruz roja, Aysa, Andresito, entre otros.
Si bien se tiene un horario central, varios salen horas antes para llegar al mediodía. Se calcula que son unas 13 horas caminando, pero hay casos que tardan 8 o 10 horas. "Si se mantiene un buen ritmo, se llega bien. La cosa es cuando vas acompañado y hace que cambies el ritmo. Te puede jugar en contra", contaba Pablo, un joven de 22 años.
Las llamadas horas pico en la Basílica son de 00 a 2 de la mañana, donde el Santuario se colapsa y cuesta la entrada. Este año se dio constantemente, después de la pandemia, se vio de nuevo miles de peregrinos llegar desde las 19hs. Algunos llorando, otros de rodillas y muchos con la camiseta de algún club de fútbol, es como llegaban a Luján. Entre cánticos, música y corridas dando su último esfuerzo.
"Tengo el pie plano, pero hice una promesa. Si Argentina salía campeón del mundo, iba caminando a Luján. Y acá estoy cumpliendo la promesa", relataba un joven con lágrimas en los ojos, la copa del mundo en una mano y la camiseta de la selección puesta junto con la bandera Argentina.
La peregrinación culminó con la Misa central a las 7 de la mañana del domingo, precedida por Monseñor Ignacio Garcia Cuerva, frente a la Basílica en la Plaza Belgrano. “Llevar a la patria en el corazón de los peregrinos es un signo de lo que tenemos que vivir. Vivir unidos como hermanos, caminando juntos, construyendo la historia, codo a codo. Sin grietas o heridas ideológicas que arman otros y que las sufre el pueblo. Y la Virgen nos une”, dijo el Arzobispo de Buenos Aires.