El film de Santiago Mitre que retrata la historia de Julio Strassera (Ricardo Darín) y Luis Moreno Ocampo (Peter Lanzani) durante el juicio a las juntas militares se estrenó el jueves pasado y superó todas las expectativas con un promedio de 200.000 espectadores en tan sólo 4 días.
En principio, la trama podría dividirse en dos partes: una, es la que relata el proceso jurídico (cómo se forma el joven equipo de la fiscalía, la manera en que se obtienen las pruebas, los días previos a las audiencias y el juicio propiamente dicho) y otra, bucea el ámbito privado del fiscal Strassera, donde se pueden observar sus vínculos familiares y una faceta más distendida. Cabe destacar, que es allí donde el guión se permite varias licencias y subraya su disclaimer inicial “inspirado en hechos reales”. El tema abordado supone una contundencia en sí mismo, por lo que cabe señalar que se tomaron decisiones en los diálogos y escenas en general, que no apuntan al golpe bajo. A su vez, las actuaciones, la música y la ambientación, ayudan a que la reconstrucción del hecho generen un ámbito de reflexión palpable para todos los presentes en la sala.
Argentina 1985 se construye como un proceso de revisionismo histórico que lleva a su espectador a repasar lo sucedido durante este período pero también implica tomar dimensión de lo que significó ser el primer país en llevar adelante un juicio civil a represores militares. Además, pone en primer plano algo que es indefectiblemente más importante: los horrores perpetrados durante la dictadura deben ser fuertemente condenados, así como las complicidades de los distintos estratos sociales. El resumen de la premisa de este film probablemente sea uno conocido (y promulgado) por muchos: Nunca más.