En el día de hoy se disputará la ida de la semifinal entre Botafogo y Peñarol, por la Copa Libertadores. En la previa de este encuentro, a jugarse en Brasil, se vivieron horas tensas entre las barras rivales.
El foco de conflicto se vio en las afueras de Recreio, en la Zona Oeste de Río, donde los hinchas carboneros cometieron “una serie de actos de vandalismo, incluyendo saqueos y destrucción de establecimientos comerciales y vehículos”, según cuenta la policía brasileña. Incendiaron motos con gasolina, asaltaron puestos locales, además de la violencia en contra de la fuerza policial.
¿Cómo sucedió esto? Versiones extra oficiales cuentan que los visitantes se dirigían a su punto de encuentro, la playa, y allí fueron interceptados por las barras de Flamengo, Fluminense, y del mismo Botafogo. Habrían quemado uno de los micros uruguayos, además del hurto de las pertenencias.
Esto resultó en la detención de 200 fanáticos del manya, que estarían involucrados en el gran revuelo de la tarde.
Además hubo un futbolista implicado, Guillermo Varela, uruguayo que juega en Flamengo. Según informó su club, fue a ayudar a dos amigos suyos que se encontraban en los disturbios.
No es la primera ni la última vez que se vive violencia en Brasil en la previa de un partido de fútbol. Lo vivió ayer la gente de River, que antes de jugar frente a Mineiro en Belo Horizonte, sufrió episodios de esta índole.