A comienzos de la fría mañana del viernes 27 de junio, se desarrolló en las instalaciones de Isec un debate entre alumnos de periodismo de 1er año, con el objetivo de poner en jaque cuestiones morales como la eutanasia en Argentina.
Una semana antes de la fecha, los estudiantes se preparaban investigando al respecto entre los lindes de la vida y la muerte. No todos los participantes tenían la misma idea, pero era parte de la consigna dictada por la moderadora, tomar partido y argumentar una idea más allá de los principios individuales, como muchas veces debe hacer un periodista.
Alrededor de las 9, los jóvenes todavía un poco dormidos se sentaron enfrentados, “cara a cara” según la posición asignada a defender: en contra o a favor de la eutanasia en Argentina. La mediadora, alumna de la comisión, anteriormente asignada por la profesora, invitó formalmente a dar inicio el debate.
Fue una compañera quien despuntó la controversia, reflexionando sobre la idea de que “la eutanasia mata a la persona pero no al problema”, y que “no es decision del individuo cuando terminar con su vida”. A raíz de este comentario, la oposición comenzó a refutar con distintos argumentos: “El paciente con una enfermedad irreversible, tiene derecho a una muerte digna”, “el ser humano tiene derecho a la autonomía y decisión sobre el propio cuerpo”, “es una práctica regulada y segura con protocolos estrictos para garantizar que la decisión sea voluntaria, informada y tomada con plena capacidad mental”. Tras estas afirmaciones, quienes integraban al grupo a favor de la eutanasia, respondieron respaldándose en la deshumanizacion de la medicina, ya que la “función principal de esta es preservar la vida y aliviar el sufrimiento”. Continuaron explicando que “se presentan posibles presiones sobre pacientes vulnerables, como adolescentes, personas mayores o que presentan alguna discapacidad”. Terminaron expresando que “existen riesgos de manipulación por parte de terceros, ya sea por intereses económicos o conflictos familiares”.
El escenario pacifico, construido por el resto de los compañeros que escuchaban atenta y respetuosamente el debate, y la profesora que analizaba e incluía distintas miradas, hacían un entorno más descontracturado.
Tras idas y vueltas, luego de 1 hora de debate, llegaron a la conclsuion que la mayoria de los argumentos en contra de la eutanasia se encontraban respaldados por ideologías religiosas y conservadoras, y que la empatia se encontraba en que “el sujeto tenga derecho a acabar con su sufrimiento cuando lo crea propicio”.
Redactores: Coletto Maia; Olavarría Guadalupe; López Máximo; Ferrazzano Thiago; Capellino Nicolas.