El episodio ocurrió el sabado por la tarde. La madre del niño, una adolescente de 17 años, encontró al pequeño con la cabeza sumergida en un tacho de 20 litros que contenia una mezcla de productos quimicos altamente tóxicos, como lavandina y desinfectante. En medio del shock, la joven lo alzó y pidió ayuda a una tia del menor, quien es policia. La mujer trasladó al bebé de urgencia al Hospital Iturraspe.
El niño ingresó al centro de salud con un cuadro de asfixia por inmersión y un paro cardiorrespiratorio. Estaba morado y sin signos vitales. Gracias a la rápida intervención del personal médico, que aplicó maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP), lograron estabilizarlo y recuperar su pulso.
Posteriormente, fue derivado al Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia, donde se encuentra internado en terapia intensiva, asistido por un respirador. Según informó el director del hospital, Pablo Ledesma, el bebé sufrió una neumonitis quimica por la ingesta del liquido tóxico y presentó convulsiones provocadas por la hipoxia (falta de oxígeno), que lograron ser controladas con medicación.
Aún no se ha determinado cuánto tiempo permaneció el niño dentro del balde, un dato crucial para comprender la gravedad del daño. El equipo médico activó el protocolo correspondiente y dio aviso a las autoridades
La investigación quedó a cargo del fiscal Omar De Pedro, del Ministerio Público de la Acusación (MPA), quien ya tomó declaraciones a los padres del menor y ordenó otras medidas para esclarecer el hecho.