El pasado 4 de noviembre se realizó la 32° edición de la marcha del orgullo, con el objetivo de visibilizar reclamos y conquistas, así como el orgullo por la orientación sexual, identidad y expresión de género. La misma es denominada por la Comisión Organizadora como el acto público anual más importante de la comunidad LGBTIQ+ en la Argentina ya que, siendo desarrollada en el epicentro de la Ciudad de Buenos Aires, convoca a las comisiones de todas las marchas y festivales del orgullo de todas las provincias y ciudades, para poder generar un espacio federal de encuentro y construcción colectiva.
La primera marcha celebrada en nuestro país, tuvo lugar el 2 de julio de 1992 junto a las conmemoraciones mundiales por el orgullo pero, desde 1997, se decidió trasladarlo al primer sábado de noviembre de cada año, para contar con la compañía de un clima primaveral.
Este año, la celebración comenzó más temprano que en ediciones anteriores y logró una enorme convocatoria: cientos de miles presenciaron el evento, a lo largo del día. Por la mañana empezaron a llegar al centro porteño y, para el mediodía, ya habían iniciado los shows en Plaza de Mayo, que concluyeron con la presentación de La Joaqui alrededor de las 15hs, antes de emprender la marcha hacia el Congreso, donde esperaba otro escenario que recibió a Natalia Oreiro, Ángela Torres y otros tantos artistas.
Los colores del arco iris del colectivo bañaron las calles céntricas con extravagantes looks, banderas representativas y mensajes como "Viva el orgullo", "Queremos ser libres" y "Basta de discriminación" que resonaron en toda la marcha pero, sobre todo, con el polémico lema de este año: “Ni un ajuste más, ni un derecho menos. ¡Ley Antidiscriminatoria, Ley Integral Trans ya! ¡Frenemos a les anti-derechos! ¡Derechos sí, derecha no!”.
En este contexto híper politizado, con la presencia de consignas futbolísticas (debido a la participación de Boca en la final de la Copa Libertadores) y las 27 subconsignas políticas asignadas por la Comisión Organizadora, las carrozas danzaron y vibraron en defensa de la Democracia, dejando sabor a esperanza. Los camiones, que funcionaban como discotecas rodantes, recorrieron Avenida de Mayo al compás de la música, acompañados de una multitud de cuerpos inundados de emociones reflejadas en sus hipnóticos y brillosos maquillajes.
El gran evento contó con la participación de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina (ATTTA) y, también, de figuras públicas como Moria Casán, Flor de la V, Vicky Xipolitaquis, Nazarena Velez y Lizardo Ponce, entre otros.