La década de los 70´ fue un momento duro en la historia de nuestro país, los enfrentamientos entre grupo guerrilleros y militares tenían como víctimas una sociedad indefensa que quedaba traumatizada. Para estos años, María Isabel tenía 22 años, trabajaba y asegura que debía llevar dinero a su hogar. Por otro lado, se enfocaba en el estudio debido a que su padre insistía en que se mantuviera aprendiendo. “Hice muchos cursos terciarios porque mi papá no quería que dejara de estudiar, los hice en la universidad pública y privada que me la pagaba mi familia”- Declaró.
Su grupo familiar estaba conformado por su padre, quien era inmigrante italiano, su madre francesa, ella y sus dos hermanos. Era una familia de clase media, muy unida y trabajadora, dueños de un almacén en el que constantemente debían tener colgado el cuadro de Eva y Perón. Isabel tenía muchos amigos del colegio con los que salía sin ningún problema, a cualquier hora. Igualmente debían tener cuidado con las personas que hablaban y se juntaban. Era normal que te pararan en la calle y te tuvieras que identificar, ella contaba una anécdota específica: “Cuando llegó el tema de los grupos antagónicos nos bajaban de los colectivos. A nosotros nunca nos pasó nada, te palpaban de armas, te pedían disculpas y volvías a sentarte donde estabas”. En la calle rondaba el miedo, se había vuelto costumbre, no existía la libertad de prensa y la gente reservaba todos sus comentarios. Poco se sabía lo que pasaba en otras provincias y menos el contexto internacional. María Isabel creía en la cultura y aseguraba que para ese entonces, había mucha gente culta. Había teatros y cines espectaculares, de buen nivel y sin ser caros. Adora el idioma castellano aunque confiesa que poco a poco se fue deteriorando. La cultura se fue perdiendo debido al fuerte exilio de los artistas que huían del país por las constantes amenazas de los grupos subversivos. “La cultura se fue como tobogán por el miedo. Es lamentable, había preguntas y respuestas de “Odol Pregunta” con Cacho Fontana y te las tenías que saber”.
Para la entrevistada, Argentina vivía una de las peores crisis de la historia, con un clima tenso. En cuanto a la seguridad, el estado no estaba presente, poco se sabía de las organizaciones de derechos humanos y en lo económico, el Rodrigazó le afectó de sobremanera, afirmando que fue una catástrofe horrorosa y que jamás se había vivido algo igual. “A todos nos afectó”- exclamó con tono histérico y cara de pánico.
Este periodo histórico siempre va a ser recordado. Para esto debemos conocer a las personas que lo vivieron en carne propia, nadie contara mejor la historia que aquellos que la escribieron.