"Con profundo dolor tengo que anunciar que el papa Francisco ha muerto a las 7.35 horas de hoy, el obispo de Roma ha vuelto a la casa del padre, su vida entera ha estado dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia y nos ha enseñado el valor del evangelio con fidelidad, valor y amor universal y en manera particular a favor de los más pobres y marginados", dijo Farrel.
Nacido en el seno de una familia de clase media en el barrio de Flores, el difunto Mario sentó las bases y allanó los caminos hacia el catolicismo, en una época de la Argentina de mucho progreso y formación. Su gran conocimiento y su constante estudio de los artículos bíblicos, fue lo que lo llevó a ser el máximo exponente de la iglesia a nivel global, pasando de ser el reconocido socio de San Lorenzo que practicaba de manera disciplinada su fe, a estar codeándose con los cardenales en el Vaticano.
Sus frases, cargadas de un gran contenido filosófico e ideológico, recorrieron el mundo entero y dejaron una huella para el resto de la historia de la humanidad. Lejos de solo decir, también realizó acciones que lograron, aún más, la unión de una comunidad que, a veces, pecó de estar desactualizada. Su gran forma de ver el mundo de una manera un tanto progresiva y contemporánea permitió que, personas de la comunidad LGBTQ+, que antes se sentían rechazadas por los cielos de Dios, ahora se sientan abrazados por su entidad omnipresente.
Sus valores extraordinarios como ser humano opacaran a la misma muerte que acechó estos últimos tiempos turbulentos de su vida. Su lucha constante por el bien común y por conservar los Diez Mandamientos a través del tiempo, solo demostró que existe una dimensión genuinamente pura, que es más importante que la misma jerarquía que le concede la religión y el mundo entero.
El ángel mandado por Jesucristo de Nazaret fue argentino.