Muchos piensan que la guerra finalizó luego de la conquista de Berlín por parte de la Unión Soviética y el suicidio de Adolf Hitler, pero no es así. Luego del suicidio del dictador, varios países participantes firmaron la rendición oficial excepto el Imperio de Japón.
Japón fue una potencia en la guerra rica en armas (recordemos que la posición del país en la guerra fue estar del lado de Benito Mussolini y Adolf Hitler). Tras la derrota de Alemania en Berlín sumado al hecho que la localidad japonesa sufrió derrotas graves en el suroeste del Pacífico, la Campaña de las Marianas y la campaña de las Filipinas, los japoneses seguían en guerra con una de las principales potencias del lado Aliado: Estados Unidos.
En 1941, para evitar un ataque por parte del país en el Océano Pacífico, el Imperio atacó la base militar en Pearl Harbor (Hawái) que costó 2402 muertos 1247 heridos entre ellos civiles. Tras el ataque, Estados Unidos le declara la guerra a Japón, y Alemania e Italia le declaran la guerra a los norteamericanos.
En secreto, Estados Unidos estaba preparando el Proyecto Manhattan, el cual se trataba de la creación una superarma de la mano de los físicos Albert Einstein, Leó Szilárd y J. Robert Oppenheimer. Los dos primeros le escribieron una carta al presidente, Franklin D. Roosevelt, en la cual solicitaron la autorización de crear un arma con el poder de hacer explotar gran parte de una región: la bomba atómica. Oppenheimer se encargó de la dirección en la construcción. Realizaron una prueba conocida como explosión Trinity y obtuvieron resultados positivos para la bomba.
Al finalizar la creación de dos bombas atómicas, hubo una reunión en el país norteamericano para la discusión sobre cuándo y dónde iban a lanzar las bombas, estaban entre muchas opciones, al final eligieron Hiroshima, donde se ubicaba una de las bases militares más importantes de Japón.
El 6 de agosto de 1945, un avión bombardero de Estados Unidos apareció en los radares japoneses, al instante, alertaron a la población pero muy pocos evacuaron. A las 8:15 de la mañana, la bomba atómica bautizada como "Little Boy" (Niño Pequeño), cae sobre la ciudad japonesa de Hiroshima causando una destrucción masiva en la zona. El impacto se llevó la vida de entre 70 000 y 80 000 personas en el momento, entre ellos varios médicos y enfermeros.
Media hora después de la explosión, una lluvia negra empezó a caer sobrre la ciudad llena de polvo, cenizas y partículas radioactivas. Al desconocer la radioactividad, los médicos del país no pudieron tratar a los heridos y enfermos. Como consecuencia, los japoneses empezaron a tener cáncer, leucemia y otras enfermedades a largo plazo. Alguños niños que estaban por nacer, sufrieron malformaciones en el cuerpo y daños cerebrales
Tres días después, el 9 de agosto, la bomba "Fat Man" (Hombre Gordo), a las 11:01 AM, estalló en Nagasaki, su resultado fue similar al ataque en Hiroshima. La explosión logró que Japón finalmente se rindiera, firmando su rendición el 2 de septiembre de 1945 a bordo del acorazado USS Missouri. El Imperio japonés del emperador Hirohito aceptó la Declaración de Potsdam firmada por Estados Unidos, Reino Unido, China y la Unión Soviética.
Los sobrevivientes son llamados "hibakusha" (persona bombardeada en japonés) que tuvieron que lidiar con enfermedades, el rechazo de la sociedad y la negación del trabajo.
En la ciudad de Hiroshima se encuentra un monumento con el nombre de todas las víctimas. En 2008, el número de victimas superaba los 250.000. Hasta la fecha, Estados Unidos nunca mostró arrepentimiento por la masacre.