El gobierno chavista, liderado por Nicolás Maduro, anunció el retiro de su personal diplomático de Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay. La medida se produce en respuesta a las críticas de estos países sobre la legitimidad de las recientes elecciones presidenciales en Venezuela, donde Maduro fue proclamado ganador con el 51.2% de los votos.
El canciller venezolano, Yvan Gil, calificó las acciones y declaraciones de estos gobiernos como "injerencistas" y acusó a estas naciones de estar "subordinadas a Washington" (partido opositor) e intentar "reeditar el fracasado y derrotado Grupo de Lima".
Las elecciones han sido fuertemente cuestionadas por diversos gobiernos y organizaciones internacionales, quienes han denunciado irregularidades y falta de transparencia en el proceso electoral. El presidente argentino, Javier Milei, y otros líderes de la región, han rechazado los resultados y solicitado una revisión completa del proceso electoral. En respuesta, Maduro ha criticado a Milei y a otros líderes, calificándolos de "incompetentes" y acusándolos de tener intenciones injerencistas.
La tensión diplomática se intensifica mientras países como China, Rusia, Cuba, Nicaragua, Honduras y Bolivia han expresado su apoyo a Maduro, en contraste con las críticas provenientes de Estados Unidos y la Unión Europea, que han manifestado preocupaciones sobre la transparencia del proceso electoral en Venezuela.