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La situación en Israel este último fin de semana

 

Hace casi seis meses, la mayoría judía de Israel vivió cómo una tragedia compartida el ataque de Hamas. Con cerca de 1200 muertos y más de 240 rehenes, (de los cuales tan solo han vuelto a sus hogares menos de la mitad de los mismos), aquel 7 de octubre Israel dejó de lado las divisiones, que habían salido a la luz en toda su crudeza, debido a la reforma judicial que pretendía llevar a cabo Benjamin Netanyahu, lo cual generó manifestaciones tan numerosas cómo permanentes.

 

“Juntos venceremos”, es la frase que se puede ver por todos lados, tanto en los múltiples carteles luminosos que se observan en las plazas como en las carreteras. Esa unidad monolítica se ha ido rompiendo con el pasar de los días y la circunstancia de no poder destruir a  las tropas islámicas agrava la situación. 

 

La mitad de los rehenes, fueron liberados en medio de un alto el fuego en noviembre, pero luego a pesar de los intentos llevados a cabo por los mediadores no se ha podido concretar otro canje de prisioneros. Lo cierto, es que se  han revivido las divisiones, aunque el país a pesar del desconcierto permanece con una opinión favorable a la continuación de la guerra.

 

Los israelíes hoy solicitan elecciones anticipadas, la dimisión del Primer Ministro Netanyahu, y algún convenio para lograr que los cautivos vuelvan a sus hogares. Este domingo, una multitud se manifestó en Jerusalén para protestar, conformando una de las más grandes movilizaciones desde que empezó la guerra en Gaza.

 

En la actualidad los ultraortodoxos (haredies), dedicados casi exclusivamente al estudio de la Torá y la crianza de los hijos, constituyen un 13% de la población israeli, y tienen un crecimiento demográfico de un 4% anual. El final de la contienda, más costosa y mortífera, que afronta Israel desde su independencia en 1948, no se atisba cercano, debiendo recordarse que los religiosos han sido eximidos del servicio militar, para permitirles dedicarse por completo a los estudios de la Torah .

 

El aislamiento de los ortodoxos, ya era una bandera de la centroizquierda sionista y de parte de la derecha más secular, que considera que todos los judios deben compartir la carga militar y fiscal. La realidad es que medio millar de soldados han muerto en la guerra desatada en la Franja de Gaza y muchos otros civiles han dejado sus familias y sus trabajos para alistarse en el ejército, mientras los adeptos al Halaja (ley judia especificada en el Talmud)  se quedaban en su casa. Tan solo, un millar se alistó cómo voluntarios para defender su País.

 

A pesar de los avances de la tecnología, hoy ha quedado demostrado que los ejércitos necesitan de hombres sobre el terreno para ganar las batallas.

 

Sin embargo en el presente se está cuestionando el privilegio de no ir a la guerra, llamando al gobierno de Netanyahu a tener una mayor solidaridad nacional durante estos tiempos tan difíciles. Los judios ortodoxos representan aproximadamente el 10% de la población de Israel, aunque en Jerusalem su presencia es mucho más significativa. Sus  miembros se caracterizan por vivir en comunidades aisladas, sosteniendo que el estudio de la Torá debe ser la única ocupación del hombre.

 

Benjamin Netanyahu ha prometido destruir a Hamas y llevar a los rehenes de vuelta al hogar de cada uno de ellos. Pero estos objetivos han sido complicados de alcanzar. El grupo terrorista ha sufrido fuertes pérdidas pero aún permanece de pie, mientras las familias de los rehenes israelíes creen que el tiempo finalmente se está acabando.

 

Una multitud, ayer en la tarde se ubicó alrededor del Knesset (Parlamento israeli), prometiendo continuar con la protesta por varios días. Están exhortando al gobierno que adelante las elecciones cancelando el próximo receso parlamentario.

 

Netanyahu se comprometió a “traer a los rehenes a casa”, en el momento que ingresaba al hospital para someterse a una intervención de hernia. Afirmó a los medios locales que no se pueden efectuar las elecciones en forma anticipada, porque se paralizaron las negociaciones con Hamas con lo que ello implicaría. Es en Rafah donde piensa el Primer Ministro que se encuentran refugiados los últimos batallones enemigos.  “No hay victoria sin entrar en Rafah”. afirmó el dirigente sosteniendo que la presión de los EE.UU no logra disuadirlo en sus intenciones.

 

Otra concentración se produjo en el barrio ortodoxo, donde reservistas y oficiales retirados marcaron su diferencia con las políticas de Estado. Los hombres ultraortodoxos han recibido permanentemente exenciones del servicio militar obligatorio.

 

Netanyahu pretende cajonear un nuevo plan, para un proyecto de ley, en el cual los creyentes tienen la obligación de efectuar el servicio militar. El funcionario depende, para lograr sus objetivos políticos,  de los partidos religiosos que permanentemente le brindan su apoyo.














Un bombardeo israeli, este último lunes, mató en Gaza a siete trabajadores del World Central Kitchen, que es la ONG de José Andres la cual tiene sede en Washington. Los cooperantes viajaban en dos coches blindados e identificados con el logo WCK, que fueron 






alcanzados por los misiles de la fuerza israeli cuando salían de un almacén de Deir el Balah, en el centro de Gaza.

El World Center Kitchen se dedica a suministrar comida en lugares de conflicto o que han sufrido catástrofes y lleva en Gaza seis meses sirviendo hasta la fecha más de 

42 millones de comidas. La ONG ha decidido suspender sus actividades en la región y el chef español ha sostenido en tono de crítica que “el Gobierno israeli debe poner fin a está matanza indiscriminada”.

 

Pedro Sanchez (presidente del Gobierno español), en viaje a Jordania al enterarse de lo sucedido, ha condenado el luctuoso hecho, exigiendo las pertinentes explicaciones al Gobierno israeli, recordando su postura favorable a la creación de los dos Estados. 

 

Los trabajadores tenían pasaporte del Reino Unido, Australia, Polonia y Palestina, y la ONG ha dicho que a pesar de coordinar los movimientos con el ejército israeli, el convoy fue alcanzado por los proyectiles de las fuerzas judías.

 

Cómo resultado del desafortunado accionar del ejército israeli, y ante el reclamo de la Casa Blanca, Netanyahu anuncia la apertura de un nuevo paso fronterizo, para que pueda entrar la ayuda humanitaria a la zona de Gaza. Biden ha solicitado que se arbitren medidas pertinentes para proteger a los civiles de la guerra en la Franja.

 

Israel ha decidido dar luz verde a dos nuevas vías para el ingreso de asistencia al territorio en conflicto. Se abrirá el paso fronterizo de Erez, que comunica con el norte de la zona de Gaza donde se calcula que alrededor de 210.000 personas están al borde de la hambruna, según Naciones Unidas.

 

También la ayuda se recibirá por el puerto de Ashdod, ubicado unos 30 kilómetros al norte de la Franja, el cual es uno de los más importantes del país.

 

“Este aumento de la ayuda evitará una crisis humanitaria y es esencial para garantizar la continuación de los combates y lograr los objetivos de la guerra”, afirmó la oficina de Netanyahu en un escueto comunicado.



Daniel Hector Saban

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