En el marco de las conmemoraciones por el Día Internacional de la Mujer, un grupo de feministas libertarias, acudió a la Plaza del Congreso para expresar sus opiniones y reclamos. Este grupo, identificado como “La Derecha Argentina”, la juventud de Victoria Villarruel, hizo presente con pancartas y consignas propias de su ideología.
Su presencia en la marcha generó controversia y tensiones con otros grupos presentes, quienes manifestaron su rechazo a través de abucheos y críticas, como cantando “Milei basura, vos sos la dictadura”.
Las manifestantes se han mostrado intolerante ante cualquier disidencia, recurriendo a la censura, el escrache y la violencia verbal para acallar a quienes no comparten su visión única y excluyente.
La izquierda ha intentado monopolizar el discurso feminista, utilizando la victimización y el victimismo como herramientas para silenciar a las mujeres que no se ajustan a su molde ideológico. Sin embargo, las feministas libertarias no se han dejado intimidar y han decidido plantar cara a la intolerancia y al dogmatismo de la izquierda.
"Nosotras luchamos por la libertad individual y rechazamos las imposiciones y los dogmas, incluso dentro del feminismo. Creemos en la diversidad de ideas y en el respeto mutuo" dijo una de las integrantes de la juventud de Victoria Villarruel mientras alzaba un cartel violeta con fotos de mujeres “Víctimas de femicidios que el feminismo de cartón no quiere ver” como Natacha Jaitt, Magali Morales entre otras.
Tras unos momentos de tensión, el grupo de feministas libertarias decidió retirarse de la Plaza del Congreso pero las críticas seguían presentes acusándolas de intentar opacar la lucha feminista con discursos antifeministas y provocadores.
Esta situación evidencia la diversidad de opiniones y enfoques dentro del feminismo, es necesario un debate abierto y honesto que permita superar las diferencias y construir un movimiento feminista plural, inclusivo y verdaderamente democrático. El futuro del feminismo argentino dependerá de la capacidad de ambos sectores para dialogar y encontrar puntos en común. La violencia y la descalificación no son el camino para construir una sociedad más justa e igualitaria.