Conocido como "El Ángel de la Muerte", Carlos Robledo Puch fue condenado por 11 homicidios y otros delitos. Su historia de crímenes despiadados y su aspecto angelical lo convirtieron en una figura siniestra en la historia criminal argentina.
El 3 de febrero de 1972, la policía argentina capturó a Carlos Eduardo Robledo Puch, un joven de 20 años cuyo rostro angelical escondía una mente criminal despiadada. Apodado "El Ángel de la Muerte", Robledo Puch fue condenado por 11 homicidios, 17 robos y dos violaciones, convirtiéndose en el asesino múltiple más infame de la historia del país.
Su ola de crímenes comenzó en 1971, cuando junto a su cómplice Jorge Antonio Ibáñez, irrumpió en varios comercios de la zona norte del Gran Buenos Aires, asesinando a sangre fría a quienes se interponen en su camino. La mayoría de sus víctimas eran serenos que dormían en sus puestos de trabajo, lo que le permitió actuar con total impunidad durante meses.
El aspecto aniñado de Robledo Puch, con su cabello rubio y rizado, contrastaba brutalmente con la frialdad de sus actos. Este contraste fue lo que llevó a la prensa a bautizarlo como "El Ángel de la Muerte". Durante su juicio, nunca mostró arrepentimiento, lo que aumentó aún más el horror que sus crímenes generaron en la sociedad.
Condenado a reclusión perpetua con accesoria de reclusión por tiempo indeterminado, Robledo Puch ha pasado más de 50 años en prisión. A pesar de sus múltiples intentos de obtener la libertad condicional, la justicia ha considerado que sigue siendo un peligro para la sociedad.
La historia de Carlos Robledo Puch no solo es un recordatorio de los oscuros recovecos de la mente humana, sino también de la capacidad de la justicia para enfrentar y contener a los criminales más peligrosos.