Tras su lanzamiento en la plataforma el pasado 8 de febrero, las redes sociales explotaron, convirtiendo a la serie en objeto de análisis. Previamente la historia había sido adaptada al cine y protagonizada por la mismísima Anne Hathaway, logrando dejar una horma bastante grande para llenar en referencia hacia la nueva actriz, Ambika Mod; quien encarna al personaje principal, Emma Morley.
Pero dejando de lado los comentarios prejuiciosos y peyorativos que vienen circulando hacia el nuevo cast, y habiendo hecho un análisis comparativo entre la pelicula de 2011 y la serie en cuestión, podemos estar todos de acuerdo que la historia sigue el mismo curso original, con detalles diferenciales muy propios en cada producción.
Hay que tener en cuenta que el proceso de guion entre una película y una serie son completamente diferentes. Y esto es necesario para renovar al público.
Los momentos claves, los escenarios similares y los arcos de personajes son exactamente lo mismo. La esencia de la historia no se pierde y tanto el final del film como de la serie, es completamente desgarradora.
En cuestiones ahora más personales y no tan técnicos, el performance actoral de los nuevos protagonistas, Leo Woodall (Dexter Mayhew) y Ambika Mod (Emma Morley), en contrapartida de sus antecesores; Anne Hathaway y Jim Sturgess, fueron excelentes. Logrando transmitir con exactitud sentimientos tan devastadores y puros de la vida misma, pudiendo comprender el desarrollo y la química entre ambos personajes, resolviéndolo de una manera natural y emotiva a través de las cámaras.
Sin embargo, y más alla de toda critica; podemos estar de acuerdo que sin importar que adaptación te guste más o menos, siempre se puede volver al libro que lo empezó todo.