Se ve con facilidad en un fin de semana. Producción de alto calibre y con ambición técnica que tiene cómo premisa mostrar una historia de amor entre dos jóvenes. Pero es de destacar que no estamos ante una serie eminentemente romántica. La historia está ambientada en uno de los lugares de la historia donde se concentró el horror más profundo que el ser humano haya sido capaz de producir.
Pero el amor todo lo puede, incluso si se halla ambientada en el Holocausto. A través de un juego narrativo la historia se ubica en los Campos de Concentración de Auschwitz (en el pasado) y en el presente en la moderna Australia. La historia gira entre dos lineas de tiempo: La vida de Lale cómo prisionero de guerra bajo el gobierno nazi donde es interpretado por Jonah Hauer-King y su tiempo viviendo en Melbourne, 60 anos despues, donde es retratado por Harvey Keitel, aunque las cicatrices permanecen entintadas en su brazo.
Algunos recuerdos son tan dolorosos, que Lali Sokolov le da relatos falsos de lo que realmente sucedió a la escritora Heather Morris, (que es quien recopila sus memorias), antes que corregirse. Sus recuerdos son fracturados y muy traumaticos, a partir del instante en que percibe que está condenado a trabajar en una fabrica de asesinatos.
Morris le dijo a The Guardian: “El noventa y cinco es lo que sucedió; investigado y confirmado”.
Lali Sokolov, arrastra a lo largo de su vida a causa de su experiencia en el campo de concentración tatuando en cada brazo de cada prisionero el número que le recordara cada día de su vida el paso por un campo de exterminio.
El Tatuador de Auschwitz nos trae una potente historia real (basada en el best-seller de Heather Morris), a lo largo de seis emocionantes episodios en donde se cuenta la vida de un joven eslovaco al que encierran en un campo de concentración en donde se convierte en tatuador y conoce el amor de su vida.
Lali ingresó al campo de concentración en abril de 1942 cuando tenía 26 años. Eslovaco de ascendencia judía se ofreció a los nazis con la finalidad de poder salvar al resto de su familia. Cuando llegó al campo ya sus padres habían fallecido. Fue tatuado con el número 32.407 y al poco tiempo de su ingreso se enfermó de fiebre tifoidea siendo su tatuador quien lo cuido y quien le enseñó el oficio de tatuador que le permitió tener una vida “más acomodada” en Auschwitz.
El conocimiento de los idiomas eslovaco, alemán, ruso, francés, húngaro y polaco fue un salvoconducto para poder sobrellevar la difícil vida que se desarrolla dentro de un campo de exterminio.
El Memorial de Auschwitz en 2018 afirmó que el libro de Heather Morris contiene: “numerosos errores e información inconsistente con los hechos, así cómo exageraciones , interpretaciones erróneas y subestimaciones”.
“Se desmarca del resto de series, gracias en parte a la calidad de sus interpretaciones, pero también porque documenta los brotes de humanidad que logran florecer en los tiempos más oscuros”, opinó Brian Lowry de CNN.
Ficha Técnica:
El tatuador de Auschwitz: Max. Miniserie de seis capítulos.
Música: Hans Zimmer, y Kara Tal Vez
Dirección: Tali Shalom-Ezer
Novela: Heather Morris
Guión: Gabbie Asher, Jacquelin Perske