La periodista y conductora de Todo Noticias, Lorena Maciel, se abre al dialogo para hablar sobre su vida laboral y personal.
Nos cuenta sobre sus inicios en el periodismo, sus primeros pasos en los medios, su pase por Europa, cómo comenzó su pasión por cubrir hechos
judiciales y sus pasiones.
¿Qué te llevó a ser periodista?
Fue una cuestión muy aleatoria, no tuve esa vocación por el periodismo como tuvieron muchísimos.
Tenía vocación por comunicar -siempre fui muy psicoanalizada- entonces me gustó comunicarme, luego esa comunicación la extendí un poco más a términos sociales. Tiempo después, empecé a estudiar abogacía, pero me cambié a la carrera de Ciencias de la
Comunicación de la UBA, porque definitivamente me gustaban mucho las materias.
Entonces, lo que me llevó al periodismo, primero que nada y a diferencia de muchísima gente que estudia la materia para dar un marco institucional y académico a lo que ya es su vocación, a mí la carrera me llevó a mi vocación. No sabía de qué trataba el periodismo, ni la
diferencia entre el periodismo gráfico, la radio, la televisión, la producción y todas las variantes que hay dentro del periodismo no me las imaginaba.
¿Cómo fue tu primera experiencia laboral en un medio de comunicación? ¿Fue difícil adaptarse?
Fue muy difícil adaptarse porque además fue trabajando gratis en unas radios, atendiendo teléfonos o haciendo móviles de noche.
Radio Alfa y Radio Rock & Pop me ofrecían trabajo, entonces hacía un móvil de 2 a 5 de la mañana, ¡imagínate el peligro! Terminaba de estudiar en Plaza Houssay, en sociales de la UBA, y me quedaba despierta hasta esa hora. Fue difícil, y no tenía contacto de nada, fue todo muy abajo y eso me hizo más fuerte.
Teniendo en cuenta que trabajaste en España, ¿Qué diferencias encontrás entre el periodismo español y el argentino?
En la época que fui, acá el periodismo estaba mucho más profesionalizado, mucho menos precarizado, no había influencers, no había panelismo, tenías que si o si tener una formación bastante sólida en periodismo para ser productor, movilero, etc. Y en Europa eso está muy institucionalizado, están colegiados y tenes que tener sí o sí acreditado trabajo anterior para llamarte y ejercer como periodista. Además, hay más periodismo de investigación, mucha más rigurosidad, hay más distancia con la audiencia y no existe el periodismo militante.
Son un montón de situaciones que acá no ocurren, por eso considero que se ha precarizado tanto el periodismo, lamentablemente.
¿En qué momento de tu carrera decidiste enfocarte en judiciales? ¿Qué te llamó la atención?
El momento que empecé a hacer judiciales fue con el Caso Cabezas, me quedé un año viviendo en Dolores, leyendo expedientes judiciales.
Me llamó la atención que había una realidad paralela para todas las instancias de la vida de uno, y sobre todo de este tipo de casos –de muchísimos casos, porque yo ya hacía policiales- y que esa realidad está contada en los expedientes. Por lo cual vos podés reconstruir una historia y la podés contar a través de expedientes judiciales, cada instancia de la vida de una persona tiene un correlato en dichos documentos, y eso me parece absolutamente
apasionante.
¿Cuál fue el caso más importante que te tocó cubrir en ese ámbito?
Me tocaron muchos casos, muchísimos, hace poco se cumplieron 25 años del aniversario de Cabezas, era muy chica cuando estuve tratándolo e ignoraba todo lo que hoy puedo entender de un caso de esa magnitud. Con el tiempo me fui dando cuenta de que fui una privilegiada porque me tocó ser uno de los pocos protagonistas de la cobertura de este crimen aberrante a un colega.
Luego me tocaron muchos casos de femicidios, que tal vez no tienen tanto nombre pero que sin dudas son muy fuertes. Hice un informe sobre los huérfanos del feminicidio, hice trabajos para Telenoche, el año pasado denuncié víctimas de acoso y abuso sexual del poder político y judicial en Tucumán que salió un informe multimedia en TN.
Para mí cada caso es muy importante, pero también hay casos y hechos importantísimos.
¿Cómo lograste distinguirte del resto?
Hice algo que acá no se hacía, y que lo saqué de mi experiencia trabajando en Europa, pude darme cuenta de que en las radios había una redacción, como si fueran los diarios, había periodistas especializados en economía, judiciales, ciencia -algo que ahora se da un poco más, pero en esa época en la radio hacían cualquier cosa-.
Entonces yo fui a mi jefe, le pedí que confiara en mí y que me dejara ser acreditada en Comodoro Py, buscar fuentes, generar temas, hacer sumarios, investigaciones; algo que tampoco hacían los periodistas de televisión, salvo programas de investigación, y mucho menos los de radio, en general esa tarea estaba asignada para los de grafica. Y en ese momento empezamos a realizar esa tarea.
Considerando que estar al frente de un programa conlleva una gran responsabilidad, ¿cuáles son los desafíos que uno afronta en ese lugar?
Ser riguroso, ser leal con la audiencia, tratar de siempre verificar la información que das, mostrar los diferentes aspectos de un hecho. Y no olvidar que el sujeto universal de la información en la Argentina –por suerte, que tiene una base muy sólida en libertad de
expresión- es la audiencia, y no nosotros, el periodista no es el dueño de la información, sino el público.
Habiendo sido galardonada con tantos premios periodísticos, ¿te sentís una referente o un ejemplo a seguir?
No sé si me siento un ejemplo a seguir. Me parece que si lo soy no son por los premios, sino por la seriedad con la que me tomo el periodismo.
Los productores son el alma de una información, más que un conductor, un redactor o un columnista, muchas veces. Y un muy buen columnista o conductor tiene que ser un muy buen productor.
¿Crees que el periodismo argentino es blanco del odio público debido a La Grieta? ¿Lo sufrís? ¿Si es así, cómo lidias con eso?
Creo que el periodismo, como muchos sectores de la sociedad, son blanco del odio público de un lado y el otro de la grieta, ya antes había cuestionamientos y por supuesto que había odio, pero esto no lo inventó el Kirchnerismo ni el Macrismo; esto nos afectó a todos, y a todos nos bajó de nivel en cuanto al debate y la convivencia, sin duda.
Si, lo sufro mucho, cuando empezó “La Grieta” me han insultado mucho en la calle por problemas que tenía el Grupo Clarín, ¡y está claro que yo no soy el Grupo Clarín!, no tengo las acciones, el dinero, ni el poder que tienen ellos. Yo soy una empleada que ahora está en Clarín, estuve en América, Radio Mitre, Punto Doc y en muchos otros medios, y lamentablemente me han insultado como si fuera la socia de Magnetto.
Para lidiar con esa situación trato de no prestarme a ningún juego, de no ceder a ninguna provocación, y trato de formarme cada vez más porque creo que con la formación y la rigurosidad le ganamos a cualquier demagogia de cualquier odiador que esté en redes, que inventan cosas, putean y acusan, la mayoría de las veces con muy poca de rigurosidad –trato de superarla con mucho compromiso con mi trabajo-.
¿Tenés alguna pasión que te desconecta de tu trabajo o tu vida?
¡Tengo varias! En una época era la danza, pero ahora estoy en un grupo de running y ciclismo, me encanta hacer carreras y recorrer paisajes del país, por ejemplo, ahora voy a viajar a San Juan para participar de una carrera. Así que eso sería mi principal pasión, correr, nadar y andar en bicicleta.
¿Qué recomendación le darías a las nuevas generaciones de periodistas?
Para las nuevas generaciones les recomiendo estudiar mucho y especializarse, dentro del periodismo científico, judicial, medicina, lo que te interese. Tengan tantas especialidadescomo series de Netflix, eso va a ser muy interesante para el periodismo.
Otra recomendación es que se formen, no crean que por la cantidad de seguidores van a tener una carrera sólida y en progreso, a veces esas situaciones pueden funcionar, pero muchas veces te tapa otro que tiene más seguidores y no tenés más sustento. Busquen estar documentados, ¿vieron esa frase “no soporta un archivo”? Busquen soportar y sostener un archivo, de anécdotas, experiencia de vida y laboral. Por lo cual estudien, trabajen, fórmense,crean en ustedes, pidan ayuda, pero la formación y la solidez en cuanto a conocer de algún par de temas no te lo va a quitar nadie, y no te lo van a tapar ni un millón de seguidores que tenga un influencer.