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Mientras se preparaba para ir a la cancha nos contó sobre su familia y lo que significa crecer expuesto a los medios. En especial ahora que con 17 años desarrolló un personaje propio en redes sociales

En su biografía de Twitter, “Toto” Massa declara: “Si tenés ganas de putear por política a mí no me rompas las pelotas”. Su manejo es muy humorístico, a pesar de que su cuenta está dedicada al Club Atlético Tigre, herencia de su tío Martín Galmarini; su figura se destacó los últimos meses por los comentarios respecto a su familia, en especial a su papá, Sergio Massa, o como él le dice “El gordo”.

Su participación en los medios digitales es cada vez más activa, y a pesar de tener una ajustada agenda se mostró predispuesto a responder nuestras preguntas: Nos confesó lo divertido que sería comenzar a separar su nombre del de su familia y explicó como inició ese proceso. 

“Arranqué en Twitter para poder tener una opinión sin ser el hijo de Massa, y ahora que tengo 23 mil seguidores ya no puedo hablar más. Todo lo que diga puede salir en diarios si es distinto, raro o muy chocante”.

 

¿Qué es ser un Massa?

Ser una persona más de mundo, un pibito más. Por ahí una vida un poquito diferente, con más cámara. Desde chico tenés que soportar cosas que otros no, eso te diferencia del resto. Hablás con tus amigos a los 14 años y no entendés por qué te pasa a vos y a ellos no; pero eso te ayuda a comprender el mundo donde vivís, aceptando las condiciones y teniendo que vivir dependiendo de esas reglas. Diría que mi madurez hoy es gracias a todas las cicatrices que tengo.

¿Cómo es la relación con tu familia?

Todos entienden los mismos chistes, son del mismo ambiente. Nadie quiere problemas con nadie y el día que se arme alguna pelea seguramente te enterarás por redes.

Es complicado sentarse a hablar con mi viejo por un tema de tiempo, pero siempre fue una persona que estuvo para mí. Sin ir muy lejos, ayer lo llamé y le dije medio preocupado que no estuvo mucho en casa por temas políticos, no sentía que le estaba haciendo bien. Y él me respondió que el finde, cuando llegue de Estados Unidos, donde está trabajando, nos podemos sentar a hablarlo con un asado.

¿Cuándo tomaste conciencia de que tu familia era reconocida?

Todavía no caigo. La vez que más me impactó fue cuando me senté a hablar con Maslatón (activo participante en redes sociales, con opiniones muchas veces disruptivas sobre política y economía), él me dijo que no me doy cuenta quién es mi papá, pero que hoy es alguien súper importante para el país. Yo eso no lo tengo naturalizado; él es “El gordo” para mí, yo no lo veo como “Sergio Tomás Massa político superministro”, todo eso lo tomo como un chiste entre nosotros. Sé que algún día me va a caer la ficha de todo lo que fue, lo que es y lo que va a ser.

¿De qué manera tomás las decisiones de tu papá?

Como todo, con humor. Busco el chiste para Twitter, la forma de sacar likes. La verdad es que no entiendo mucho de política, lo único que puedo hacer es bancarlo. La decisión de ser político la tuvo él a mi edad y no puedo interferir en lo que quiera hacer.

En la pandemia, por ejemplo, el trabajo de mi viejo era muy difícil de llevar, comprometía al 100% el país. Va más allá de si las decisiones estuvieron mal o bien, las tenía que tomar él y en casa afectaba un montón. Yo la pasé muy mal, pero es caer al fondo del pozo para poder subir.

¿Cómo te llevás con la exposición pública?

Desde chico que tengo un problema con eso: no me gustaba, lo veía como un juego hasta que me venían cachetadas o me jugaba para mal. Ahora con 17 años me doy cuenta de que el juego tiene sus reglas y mientras las cumplas vas a estar 10 puntos.

Requiere sus medidas, obviamente; ahora mismo en el auto hay un custodio, ya que es manejarse con un poquito más de cuidado, sabiendo que hay gente que opina distinto a un punto muy extremo y nunca sabés lo que puede pasar. A veces es llegar a actos y que le peguen a las camionetas; o en la cancha de Tigre misma. No puedo ir más a los partidos con mi viejo porque a él le da cosita que alguien lo putee y me sienta mal. Hemos vivido bastante violencia, lamentablemente. También tengo profesores que no les gusta la política que lleva él y me lo hacen saber tranquilamente con comentarios hirientes. Esas cosas siento que no van, pero cada uno se maneja su manera.

¿Cómo controlás tus redes sociales?

Trato de ser auténtico y de tener la velocidad humorística que tengo con mis amigos. Sé que tengo que mantener una imagen por el apellido que estoy llevando. Te diría que no me ponen límites, pero me han dicho de borrar algún que otro tweet, ahora por ejemplo les tengo que mandar screenshot antes de twittear algo.

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¿Te afectan los comentarios negativos que recibís?

Ni los tomo, solo me río y trato de responder de alguna forma graciosa. Pensar que la gente está malgastando su tiempo en mí de alguna manera es algo divertido que me sube el ego. Le busco la vuelta, pero nunca de mala manera, porque es gente que no te conoce. Al final es una situación rara que cuesta entender, desconocidos dicen que quieren verme muerto; pero es lo que pasa por llevar un apellido como el de mi papá, le echo la culpa a él.

Y si me lo tomo mal: me la tengo que bancar, son gajes del oficio. Sin embargo, más allá del chiste, una puntita pega en el corazón y un poquito te duele, hay que aprender a llevarlo. Además, con la política de él yo no tengo nada que ver; otra cosa sería si yo hiciera mal mi laburo, ahí sí vení a decirme lo que quieras, te paso mi número de teléfono y me pegás un llamadito.

¿Ya sabes cuáles son tus planes a futuro?

Gracias a Dios hay un montón de oportunidades y puertas que se pueden llegar a abrir, algo que también es gracias a mi familia. Siempre se habló de política, pero me dejaron en claro que no necesariamente tenía que acercarme; es más, hasta mis 16 años decía que quería ser político, pero ahora trato de alejarme al máximo. Tampoco busco estar pegado, ni vivir de las redes, aunque no te voy a negar que sería divertido. Ahora estoy en la etapa de descubrirme, y para mi futuro solo busco vivir tranquilo con una buena familia, con eso me alcanza y sobra.

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