Adorni explicó que el español es el idioma que contempla a todos los sectores y que no ven necesario participar en un debate sobre el uso del lenguaje inclusivo. Además, afirmó que las perspectivas de género se han utilizado como un "negocio de la política".
Esta decisión se suma a una medida similar tomada previamente por el Ministerio de Defensa, liderado por Luis Petri, que también prohibió el lenguaje inclusivo en sus comunicaciones oficiales. La resolución del ministerio establece que las comunicaciones en el ámbito de la Defensa Nacional deben ser breves, claras y concisas, de acuerdo con los reglamentos militares correspondientes.
La prohibición del lenguaje inclusivo ha despertado diferentes posiciones en la sociedad. Mientras algunos celebran la medida, otros la critican y se preguntan sobre el origen de esta forma de comunicación. Santiago Kalinowski, lingüista y lexicógrafo, explicó que el lenguaje inclusivo no fue inventado, sino que surgió como resultado de un proceso de reflexión que comenzó a finales del siglo XX en ciertos espacios asociados a las elites y vanguardias. Afirmó que el uso de la "e" como forma de neutralidad de género surgió como una alternativa pronunciable después de que el "@" fue considerado binario.
En cuanto al futuro del lenguaje inclusivo, Kalinowski señaló que, según estudios, solo tres o cuatro palabras están siendo intervenidas con esta forma de comunicación, y su objetivo principal es visibilizar la desigualdad de género y promover la igualdad.
Argentina tiene antecedentes de resistencia a cambios lingüísticos. Por ejemplo, el uso de "vos" como forma estándar de la segunda persona del singular fue resistido por instituciones como la Real Academia Española (RAE), pero finalmente fue aceptado hacia 2001. Kalinowski destacó que el rumbo de una comunidad lingüística no se puede controlar y que los cambios lingüísticos son también cambios políticos.