El presidente, desde su cuenta de X, agredió a Ian Moche, un niño de 12 años que milita por los derechos de las personas con discapacidad. La publicación provocó una ola de repudios de organizaciones, figuras políticas y referentes de derechos humanos.
Javier Milei volvió a estar en el centro de la polémica este fin de semana tras publicar en sus redes sociales un mensaje cargado de violencia simbólica dirigido a Ian Moche, un niño autista que lucha activamente. La tensión se da porque, en pocos días, la Cámara de Diputados debatirá el proyecto para declarar la emergencia en discapacidad hasta 2027, impulsado por el diputado Daniel Arroyo (UP). El presidente compartió una imagen del menor con un tono irónico y despectivo, sugiriendo que su activismo es parte de una operación contra su gobierno. La iniciativa contempla la actualización de fondos para transportistas, acompañantes terapéuticos y prestadores, así como la reactivación de pensiones por invalidez: en más de un año, se otorgaron solo 586 de unas 500.000 solicitudes.
Ian se hizo conocido por su participación en campañas por la inclusión y la sanción de la nueva Ley de Discapacidad, y ha sido reconocido por su claridad para expresarse y su compromiso social desde temprana edad. La publicación de Milei generó un inmediato rechazo por parte de organizaciones como la Asociación Argentina de Padres de Autistas (APAdeA), referentes políticos, artistas y ciudadanos, que señalaron la gravedad de que un jefe de Estado ataque públicamente a un menor con discapacidad.
“Con los chicos, no”, fue la consigna que se replicó en redes sociales, acompañada de mensajes de apoyo a Ian y cuestionamientos al presidente por su falta de sensibilidad y por violentar los derechos de la infancia y las personas con discapacidad.
En respuesta, la madre de Ian expresó en medios su profunda preocupación por el impacto del mensaje presidencial, no solo en su hijo sino en todas las familias que luchan por una sociedad más inclusiva. “No hay límites para el odio”, sostuvo, y pidió respeto y empatía.
Desde distintos sectores de la oposición también se pronunciaron con dureza. “Milei cruzó una línea peligrosa. No solo agrede, sino que estigmatiza y ridiculiza a un niño que representa la voz de miles de personas con discapacidad”, afirmaron desde el bloque de Unión por la Patria.
Lejos de retractarse, Milei reafirmó su postura y criticó lo que él considera “una utilización política de los niños por parte del colectivismo”. La controversia abre un nuevo capítulo en la confrontativa relación del mandatario con los movimientos sociales y de derechos humanos, en un contexto de creciente tensión institucional.
El caso de Ian reaviva el debate sobre los límites del discurso presidencial y la responsabilidad que implica el uso de la palabra desde el poder, especialmente cuando se trata de sectores vulnerables como la infancia y la discapacidad.