En 1995 el mundo se había unido de cara a la Plataforma de Beijing, con un plan que sentó las bases de un cambio a gran escala.
Mientras en todas las ciudades del planeta, los derechos de las mujeres se van equiparando a los del hombre, existe un lugar donde ser mujer casi es un crimen: Afganistán donde la vida de las mismas nunca ha sido fácil, al menos durante las últimas décadas, y se ha vuelto más compleja desde el retorno de los talibanes al poder.
El régimen ha venido privando a las afganas de forma sistemática y progresiva, de los pocos derechos que habían adquirido durante la República Islámica. Las insólitas restricciones han instaurado el miedo en toda la población femenina
Un edicto de los fundamentalistas permite :”que un talibán puede llamar a tu puerta por la noche, violarte, llevarte y casarse contigo”. El decreto prohíbe que la voz de las mujeres se escuche en público, que el rostro sea visible fuera de casa, que miren a un hombre que no sea de su familia o que salgan de casa sin un acompañante masculino ( ocurría en agosto 2024).
Las ONG, y activistas en Afganistán y fuera del país califican estas medidas cómo “el último clavo en el ataúd de las mujeres”. Desde su vuelta al poder, hecho que ocurre el 15 de agosto de 2021, los talibanes han publicado más de 100 edictos que han borrado la presencia femenina en todo el espacio público. Las mujeres solo pueden acceder a la educación primaria, dado que las autoridades han cerrado las puertas del aprendizaje a aquellas adolescentes de más de 12 años que pretenden formarse culturalmente para enfrentar la vida.
La mujer ha sido excluida de casi todos los puestos de trabajo y también de todos los lugares de ocio. Así mismo les han limitado la asistencia médica y el derecho a recibir asesoramiento legal.
“Ser mujer en Afganistán hoy significa que no puedes tomar un taxi sin un acompañamiento masculino o que no puedes hablar normalmente con el comerciante que te vende la comida. Y si eres viuda, por ejemplo, y no tienes hijos o hermanos, cómo lo haces?. Las mujeres están viviendo cómo criminales, se les priva de la mínima dignidad que merecen los seres humanos”, se lamenta Fawzia Koofi, ex parlamentaria afgana.
Cuando los talibanes retornaron al poder en Kabul, tras la retirada de las tropas extranjeras, las nuevas autoridades garantizaron que las libertades serían respetadas y que estudiaban crear entornos seguros para que las mujeres pudieran estudiar y trabajar. Apenas se apoderaron de Afganistán, se aseveró que no iban a retroceder con los avances logrados por las mujeres, las cuales podrían ejercer sus derechos dentro de la ley sharia. La realidad nos muestra que los derechos básicos se han ido diluyendo con el paso de los días, y en especial para las niñas y las mujeres.
La primera medida tomada por los talibanes fue suprimir el Ministerio de la Mujer sustituyéndolo por el de la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio. Es a partir de está iniciativa que las mujeres fueron despedidas de inmediato, no podían viajar en soledad y debían cubrirse de los pies a la cabeza. Pero se cercenaron aún más los derechos de la mujer, prohibiendoles pisar las universidades.
“Es un horror e inadmisible que está opresión, esclavización y maltrato bestial a la mitad de la población no sea castigado internacionalmente. Es una vergüenza”, sostiene la escritora española (en declaraciones a Clarín) Rosa Montero.
Human Rights Watch afirmó: “Los talibanes han prohibido el ingreso de las mujeres a las universidades. Es una decisión vergonzosa que viola el derecho a la educación de mujeres y niñas en Afganistán”.
ONU Mujeres efectuó un llamado “para que se restablezca de inmediato la plenitud de los derechos de las mujeres y niñas, que incluyen el derecho a la educación , así cómo el trabajo y a participar de la vida pública”.
Otra medida tomada por los talibanes causa estupor: la prohibición de construir ventanas en lugares residenciales desde donde se pueda ver a mujeres para poder “prevenir la obscenidad”. “El ver a mujeres trabajando en las cocinas, patios, o sacando agua de un pozo puede generar actos obscenos”, explica el documento.
Actualmente las mujeres no pueden hacer visitas en parques, gimnasios, centros de belleza, ni tampoco salir de sus casas sin un acompañamiento masculino y sin llevar correctamente el velo que oculte su rostro. Al no poder salir sin acompañante, las mujeres no tienen permiso para trabajar fuera de sus hogares.
Habitual Ajundzada (emir de los talibanes), anunció que cerraría todas las organizaciones no gubernamentales (ONG) nacionales y extranjeras en Afganistán que emplean mujeres.
La comunidad internacional debe impedir que continúe el avasallamiento de los derechos de las niñas y mujeres de Afganistán.