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Por MÁRMOL MORILLO, JACLENIN CLARISA

Estudiante de Un día como hoy el norte de Italia fue golpeado por un terremoto que dejó 27 víctimas fatales y decenas de heridos

La economía argentina atraviesa un escenario difícil, mientras algunos indicadores muestran una leve recuperación tras la fuerte caída de marzo, también hay tensiones que ponen en jaque la estabilidad lograda en los últimos meses.

Según datos oficiales, la actividad económica cayó un 1,8% en marzo. Si bien abril trajo una mejora parcial, el repunte no alcanzó a compensar la caída previa, y muchos analistas advierten que la economía real aún no reacciona con la fuerza esperada por el gobierno a la salida del cepo cambiario.

El gobierno de Javier Milei busca estimular el consumo interno con medidas que flexibilizan la circulación de dólares no declarados. Esta apertura, sumada a la nueva política de flotación del tipo de cambio dentro de una banda entre los $1.000 y $1.400 por dólar, ha generado cierta estabilidad cambiaria. El Banco Central interviene solo cuando el valor alcanza el límite inferior, lo que ha contribuido a contener la inflación.

Sin embargo, el repunte aún no se traduce en mejoras en el poder adquisitivo. Si bien los salarios en dólares han vuelto a niveles de 2017, el poder de compra continúa un 10% por debajo. La inflación, si bien está desacelerada, sigue impactando en el bolsillo de los argentinos, y los aumentos de tarifas en servicios y transporte elevan la presión sobre las clases medias y aún más en las bajas.

En medio de este panorama, el descontento social comienza a manifestarse con más fuerza. Las recientes declaraciones del actor Ricardo Darín sobre el alto costo de vida, ejemplificadas con el precio equivocado de unas empanadas, desataron una rápida respuesta del oficialismo, que evidencia la sensibilidad política frente al humor social.

Argentina experimenta una recuperación frágil y desigual. El gobierno apuesta a la liberalización y al orden macroeconómico como motores de crecimiento, pero los indicadores de consumo, empleo y poder adquisitivo en la microeconomía, muestran que la estabilidad aún no se traduce en mejoras concretas para la mayoría de la población.

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