El secretario de Finanzas Pablo Quirno anunció el día de ayer, en la licitación del Tesoro quincenal, la creación del “Bonte”: un nuevo bono al 30 de mayo de 2030, con tasa fija en pesos, al que solo podrán comprar en dólares inversores internacionales, con una opción de venta a dos años y una emisión total en pesos de USD 1.000 millones.
“Argentina vuelve a ganar acceso a los mercados internacionales, para refinanciar Capital de deuda en moneda local. Algo que la gran mayoría de los países hacen con normalidad, pero que para Argentina no era posible, dado el descalabro económico heredado” tuiteó Luis Caputo en su cuenta de X y aclaró que esta operación no implica un aumento de la deuda bruta, ni tampoco neta.
El Gobierno buscará con el Bonte acumular reservas, un requisito clave del Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que el Banco Central no está comprando dólares dentro de la banda cambiaría, para cumplir con el objetivo principal de bajar la inflación.
Además, este bono permitirá extender la duración de la deuda en pesos y comenzar a acercar al país a los mercados internacionales, algo que no ocurría desde hace ya más de siete años. La única incógnita es saber a cuanto se va a ubicar la tasa de interés, que calculando la inflación Argentina y el riesgo país de 651 puntos (lo recomendable para lanzar bonos al exterior es menor a 500 puntos), se estima que podría ubicarse en torno al 15% y 20%.