Hay quienes dicen que el destino de cada persona está escrito, que no existen casualidades sino causalidades. Jorge Delgado Zimmerman tenía 10 años cuando fue a jugar al fútbol con un grupo de amigos al Parque Chacabuco, por esas cosas que tiene la vida el otro equipo nunca se hizo presente, los chicos comenzaron a pasear por el parque y sin saberlo Jorge fue a encontrarse con el deporte que le cambiaría la vida.
Tumbling es una pista alargada de 25 metros sobre el suelo que amortigua los impactos y a la vez la potencia. Sobre esta base los gimnastas realizan series de 8 elementos acrobáticos compuestas por rondadas, tempos, flic-flac y saltos mortales, con o sin giros.
Comenzó con gimnasia artística para luego incursionar en el mundo del tumbling donde se consagró dos veces campeón argentino, quedando preseleccionado para representar a Argentina en el mundial de Alemania. Nuevamente una causalidad, una lesión lo obliga a dejar de competir, pero su pasión por este deporte lo lleva a convertirse en entrenador.
Desde 1990 a 2001 desempeñó su labor como entrenador del seleccionado argentino de tumbling, tuvo una pausa para retomar en 2008, 2015 a 2019 y en la actualidad, fue juez nacional e internacional durante dos periodos olímpicos y es presidente de la Asociación de Trampolín y Tumbling de la provincia de Buenos Aires.
Entre sus alumnos tiene un campeón mundial,1 medalla de oro, 1 de plata y 2 de bronce, siete finalistas del mundo y actualmente Ignacio Torres es su alumno (el mejor en tumbling en el país).
Sin embargo este currículum impecable pasa desapercibido para quien no sea conocedor de este deporte, a pesar de haber compartido eventos para deportistas destacados donde asistieron Diego Maradona y Gabriela Sabbatini.
Jorge, ¿podes contarnos un poco por queé el tumbling no es un deporte reconocido?
Falta de apoyo por parte del estado, falta de sponsors, la infraestructura para los entrenamientos deja mucho que desear, nada de difusión por parte de los medios de comunicación… Al no ser una disciplina olímpica no se recibe ningún tipo de becas por parte del CENARD, cada vez que vamos a competir tenemos que pagar nuestros pasajes y estadía, la ropa para representar al país, pagar multas desde 1200 dólares por no presentar un juez y por si fuera poco hasta tenemos que pagar el cd con el himno nacional.
¿Por qué no es una disciplina olímpica?
No reúne la cantidad necesaria de federaciones que lo practiquen, está reconocido como deporte por el Comité Olímpico Internacional. Tuvo una participación en los juegos olímpicos de Los Ángeles 1932, en Sidney 2000 y Río 2016 se presentó como disciplina de exhibición, pero nada más. Si fuese una disciplina olímpica la situación sería muy diferente ya que el estado estaría en obligación de becar a los deportistas.
A la hora de competir internacionalmente, ¿cuál es la diferencia que notas con los deportistas de otras selecciones?
La seguridad con la que llegan, son más competitivos porque tienen otros estímulos, entrenan con materiales oficiales, no tienen que preocuparse por el pasaje, la ropa o simplemente por saber si van a poder participar. En los 90 fuimos a competir a Alemania, un grupo de jóvenes nos reconocieron y se acercaron con fotos nuestras para pedir una firma, nos pusimos a charlar y me dijeron una frase que me quedó grabada “acá se dejaron de construir cárceles y se empezaron a construir más clubes, comenzaron a invertir en los deportes para que los niños puedan formarse desde temprana edad así llegar a competir al máximo”.
¿Cuándo es la próxima competencia?
En septiembre de este año, se va a realizar por primera vez el Sudamericano en Bariloche
Seguramente sea bueno el apoyo siendo locales…
Para nada!!! En diciembre de 2008 fueron los Panamericanos en el CENARD, tuve que pagar una multa en dólares para poder acompañar a mis alumnos que representaban al país y 200 dólares por alumno para que puedan competir ¡una vergüenza!, hubo un colega que no pagó y después se vio obligado a dejar el país. En el 2011 unas semanas antes del mundial de Inglaterra, con mis alumnos Ayelén Skovich y Nicolás Rivadaneira fuimos al CENARD y nos echaron!! dijeron que no había lugar para que pudiéramos entrenar, me sentí enojado e indignado porque el CENARD es de todos y para todos los deportistas, tuve que ponerme firme y hacer valer los derechos de mis alumnos que tenían por delante una competencia internacional y el sueño de representar al país que les daba la espalda.
Historias como estas hay miles en nuestro país, deportistas sin apoyo económico que hacen hasta lo imposible para seguir sus sueños movilizados por su pasión, tratando de dejar a la bandera argentina en lo más alto del deporte y cuando logran el podio, las lágrimas no son sólo de felicidad… El sufrimiento y el sacrificio son una parte fundamental de nuestros deportistas.