Wimbledon implementará a partir del próximo año tecnología con Inteligencia Artificial en reemplazo de los jueces de línea para un mejor control del juego durante el torneo.
En el torneo organizado por Wimbledon en 2025 se comenzará a aplicar el sistema electrónico de cobre en directo -Electronic Line Calling Live o por sus siglas ELC en inglés- en lugar de los históricos jueces de línea de la competición. La tecnología se aplicará en todos los encuentros del cuadro principal, disputados en el All England Lawn Tennis and Croquet Club y también en las rondas clasificatorias desarrolladas en el Centro Deportivo Comunitario de Roehampton. El rol de la inteligencia artificial en las 18 canchas de juego será informar al árbitro sobre las pelotas que caigan fuera de los límites de la pista y cobrar las faltas que habitualmente cantaban los árbitros al momento del saque o en el medio del juego.
Sally Bolton, directora ejecutiva del All England Club declaró que tras analizar los resultados de las pruebas piloto realizadas en The Championships (campeonatos de Wimbledon) durante el 2024, la organización consideró que “la tecnología es lo suficientemente robusta y que es el momento adecuado para dar este importante paso en la búsqueda de la máxima precisión en nuestro arbitraje”. Por otra parte, destacó el rol histórico de los jueces de línea y agradeció su compromiso y servicio.
El nuevo protagonismo de las tecnologías en las canchas de juego no solo busca llegar hacia un control más riguroso y un arbitraje exacto en los partidos de tenis, sino que prevé reducir los costos que implica la contratación de jueces de línea. A pesar de que las nuevas implementaciones sobre el sistema de Hawk-Eye Live (Ojo de Halcón) representa un importante gasto para las organizaciones de torneos, su utilización ahorra el presupuesto destinado para el abono de sueldos de los árbitros y lo referente a su vestimenta, seguro, alojamiento y comida durante el evento.
El nuevo sistema a aplicar consta de múltiples cámaras que monitorean la trayectoria de la pelota y de un operador externo que supervisa el sistema fuera de la pista. Estas incorporaciones no eliminan la presencia del árbitro principal o juez de silla, que tiene facultad para dictaminar sobre lo que sucede durante el transcurso del partido. Respecto a los jugadores, el cambio de sistema les impedirá pedir una revisión electrónica (Challengers), pues a partir del próximo circuito será la misma tecnología la que realizará llamadas automáticas al momento de detectar una falta.
La utilización del Ojo de Halcón no es una práctica nueva: la necesidad de mantener el distanciamiento social en el marco de la pandemia del Covid-19 llevó a que varias organizaciones como el US Open incorporaran esta tecnología durante el 2020. Gracias a los buenos resultados arrojados por esa primer experiencia, el sistema tomó relevancia en los circuitos de tenis, siendo empleado en el Abierto de Australia y los torneos de Nueva York, Montreal, Toronto, Atlanta, Washington y Cincinnati.
Tal fue el éxito de la nueva modalidad, que Andrea Gaudenzi, Presidente de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP), anunció en abril del año pasado que a partir del 2025 todos los eventos del circuito principal usarán la tecnología ELC en las fases clasificatorias y en los cuadros principales. “Tenemos la responsabilidad de aceptar la innovación y las nuevas tecnologías. Nuestro deporte se merece más precisión”, afirmó en ese entonces el primero al mando de la organización. Es precisamente a ese cambio al que ahora Wimbledon se incorpora, dejando a Roland Garros como el único Grand Slam que aún no aplica el sistema electrónico.
El nuevo sistema de control supondrá la eliminación de aproximadamente unos 300 jueces de línea que desempeñaban sus funciones cada año durante el torneo británico. “Estamos trabajando con la Asociación de Oficiales de Tenis Británicos para entender el impacto en la trayectoria de los oficiales británicos, y desarrollar una nueva estrategia conjunta con ellos que garantice que los oficiales puedan ser retenidos dentro del deporte” sostuvo la Federación de Tenis Británico (LTA) en un comunicado. Entre las soluciones planteadas por la organización, se evalúa un plan de capacitación para cada uno de los 300 empleados para los labores relacionados con el arbitraje de video o la supervisión fuera de las canchas.