Una Marcha del Orgullo llena de reclamos, glitter, y justicia social
Por Azul Madlum, 9:18 Hs. Lectura aprox.: 3 min.
El pasado 2 de noviembre se realizó la Marcha del Orgullo en la Ciudad de Buenos Aires bajo el lema “Por un país sin violencia institucional ni religiosa. Basta de crímenes de odio”. La marcha, que se lleva a cabo en Argentina desde 1992, es un lugar donde la comunidad LGBTIQ+ se reúne para festejar y celebrar su diversidad sexual, y también para exigirle al Estado distintas leyes, protocolos y reclamos sociales.
Este año, la Marcha comenzó a las 11hs con el escenario, cedido por el Gobierno de la Ciudad, en Plaza de Mayo y no en el Congreso como suele ser. Según los organizadores, no fue posible porque el Gobierno Nacional demoró los plazos y no habilitó el tradicional escenario en Plaza Congreso. La musicalización estuvo a cargo de los DJs Alan Fabulous y Fabián Jara, seguidos por la cantante drag queen La Queen, el grupo Mala Fama y Marilina Bertoldi, encargada de cerrar el show.
La marcha se caracteriza por ser un espacio libre de prejuicios. Un espacio donde uno puede expresar su sexualidad. Un espacio donde uno puede disfrazarse, vestirse de la forma que le guste, bañarse en glitter. Un espacio para bailar al ritmo de canciones referentes de la comunidad, de artistas queers. Un espacio para reunirte con amigos, compañeros, activistas, desconocidos y festejar. Un espacio para celebrar libremente. Un espacio que, como lo describe Alyson de 22 años, es como “una segunda navidad”.
Natalia, de 21 años, comentó lo siguiente ante la pregunta acerca de la existencia de la marcha: “Se me hace muy bien que existan estos espacios, porque cada quien debería tener la decisión de estar con quien quiera sin sufrir ningún tipo de discriminación, y aunque este día de repente, por ejemplo, en México se volvió muy mediatizado y es de las marcas más que de la gente, en realidad sigue siendo un día para poner en la mesa que hay muchos tipos de sexualidad, y que deberíamos poder representarla libremente.”
Y Argentina no se queda atrás: Sprite lanzó una campaña publicitaria con el hashtag #NoEstasSolo, documentando pequeños fragmentos de la vida de personas LGBT+ que termina con ellos yendo a la marcha. Por otro lado, entre tantos carteles con reclamos y frases, se podían ver cartones de Maybelline que otorgó para que la gente escriba, pero con visibles hashtags de la marca. Absolut, la marca de vodka sueca, reunió a distintos referentes famosos de la comunidad argentina como Mariana Genesio Peña, Lizardo Ponce, Maite Lanata, Jey Mammon, entre otros, que vistieron mamelucos y camisas con los colores de la bandera gay. Otra marca que se sumó fue Brahma, la cerveza brasileña, que contaba con camión que llevaba el hashtag #Orgullo.
Tampoco podían faltar los vendedores ambulantes presentes en todas las marchas y recitales (que de paso liquidaban ítems que sobraron de otros eventos, como gorras de la cantante TINI) que vendían desde banderas de todas las sexualidades, gorras y pines, hasta remeras con la cara del presidente electo Alberto Fernández, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y Eva Perón. También era muy fácil de conseguir comida o bebida, ya que cada 50 metros se encontraba un carro de choripanes, de hamburguesas o bebidas alcohólicas como Fernet y Campari.
Paloma de 22 años, expresó que “es súper necesario que exista un evento así para poder visibilizarnos, festejar el orgullo, tener un montón de reclamos, nombrar y mostrar que existimos y estamos acá orgulloses. Y también concientizar que nos siguen matando, siguen sucediendo cosas, en la calle nos siguen mirando mal. Es necesario una ley de cupo laboral travesti y trans. Hay un montón de reclamos que aún hoy siguen presentes. Y esta buenísimo celebrar y que sea una fiesta, pero también ser conscientes de que esta lucha sigue presente.”
La Marcha del Orgullo es un evento para visibilizar las sexualidades, que no existen sólo dos géneros, festejar con orgullo el ser parte de una comunidad ancestralmente excluida, pero también es un evento para reclamar justicia al Estado. Este año se estima que participaron 500 mil personas quienes desfilaron orgullosamente en la ciudad porteña, acompañadas por más de 28 camiones decorados a puro brillo, donde el incandescente sol acompañó y fue testigo de una diversión y celebración que no paró ni un segundo.