Un anochecer agitado en Turquía
Por José Rusconi, 4:40 Hs. Lectura aprox.: 3 min.
El sábado por la noche más de un millón de personas disfrutaron de La noche de los museos, evento que tiene lugar hace más de 15 años en la Ciudad de Buenos Aires. Las distintas propuestas abarcaron temáticas de índole variada, permitiendo a los ciudadanos escoger dentro de una grilla variopinta.
La jornada formalmente inició a las 20 horas del día sábado, aunque el entusiasmo se visibilizó desde temprano en un público sediento de cultura y recreación. La jornada climática “ayudó”, por suerte, a la convocatoria del evento, ya que el agradable clima propició la expedición por los distintos museos y/ espacios de arte inscritos dentro de esta fiesta cultural.
Este cronista escogió dos espacios para visitar:
- El Centro de Lengua y cultura Turca, ubicado en la calle Paraguay al 1385
- El Museo Beatle, ubicado en la Avenida Corrientes al 1660, dentro del Paseo La Plaza
Dentro de la pequeña “inmersión” realizada dentro de la cultura turca, se observaron las típicas vestimentas del país asiático. Los Hiyabs presentes en las mujeres y el infaltable Fez o Tarbush en los hombres atrayeron la atención en un público acostumbrado a otro tipo de vestimenta. Es probable que el contraste entre las vestimentas occidentales y las antes expuestas hayan potenciado la curiosidad del público, factor clave en este tipo de eventos. Los distintos elementos presentes, tales como la caligrafía árabe, despertaban la atención en una muchedumbre que llenó el centro turco. Las distintas actividades propuestas incluyeron la degustación gastronómica de la cocina turca, la posibilidad de escuchar a distintos músicos y la presencia del calígrafo Isa Altekin.
Posteriormente a la experiencia turca, este servidor se dirigió al Museo Beatle, ubicado en la icónica Avenida Corrientes. En el camino, fue posible observar la magnitud del evento en la cantidad de personas presentes en el Centro Porteño. Uno de los principales focos de atención fue el Obelisco, monumento sobre el cual se proyectaron distintas obras del artista argentino Julio Le Parc. La proyección de dichas obras fue acompañada y matizada por la música de exponentes de la magnitud de Wagner, Pugliese, Piazzolla, Troilo y Beethoven.
Una vez arribado al Paseo La Plaza, el acceso a la experiencia Beatle demandó una gran paciencia. Las largas filas generaron demoras de hasta 40 minutos para acceder al museo dedicado a los Fab Four. Los muchachos de Liverpool, a través de sus creaciones, lograron representar, quizás como ningún otro artista popular, las décadas de los 60 y 70.
Producto de la donación de Rodolfo R. Vázquez, el mayor coleccionista de los Beatles del mundo -avalado dos veces por el Guiness Word Record- , el museo despliega cronologica y detalladamente la vida y obra de la banda británica y la posterior carrera solitaria de cada uno de los integrantes. Documentos tales como las partidas de nacimiento de John, Paul, George y Ringo, una gran cantidad de autógrafos de los músicos y una interminable cantidad de Cds Lps y casetes forman parte de la variada oferta disponible en esta “máquina del tiempo” ubicada en pleno Centro Porteño.
En fin, con un saldo más que favorable, la propuesta continua sumando adeptos año tras año. El claro apoyo de la ciudadanía es un respaldo para la producción y puesta en marcha de este tipo de eventos. No es en vano destacar, sin embargo, que la propuesta puede mejorarse y convertirse en una experiencia única. Con algunos retoques y un poco más de organización, la gran cantidad de concurrentes podría haber accedido a los distintos museos y/o salones de arte en un plazo mucho más acotado. Una posibilidad, quizás, sea la de realizar este tipo de evento en un periodo más corto, sin la necesidad de esperar durante un año para repetir la experiencia. Creando, de esa manera, la opción de acceder a una gran cultura y formar mejores ciudadanos.