TECHOS DE CRISTAL – entrevista a Marta Ochoa, directora de teatro
Por Celeste Acosta, 2:44 Hs. Lectura aprox.: 7 min.
Actriz y directora de teatro. Comenzó su carrera sobre las tablas hace 30 años, 10 de los cuales se desempeña como directora. Mujer multifacética es arquitecta, profesora de matemática y, actualmente, se desempeña como directora de secundaria. “La arquitectura me dio la mirada panorámica, la docencia las estrategias de comunicación y el teatro la posibilidad de poner fuera de mi cuerpo lo filosófico, político y paradigmático que me atraviesa”, comenta.
-Me gustaría poder empezar con el camino que vos arrancas en las artes dramáticas. En realidad, esto es tu trabajo no remunerado según tus palabras. ¿Cómo llega el teatro a tu vida?
En mi vida llega como todas las cosas, suponiendo que es para otra cosa. Decido hacer un taller municipal en Vicente López como para aportarlo en mi trabajo a la docencia; fue entrar, y me agarro como un anzuelo y nunca más salí. Mi pasión por el teatro nace con mi hija Paula en la panza. Yo tenía dos hijos, 38 años. Entonces esto quiere decir que todo se puede; dos nenes chiquitos, el mundo en contra, con panza; me decían: ¿por qué no esperas un año más?, y era ya. Eso realmente lo leí como que era lo que tenia que hacer y nunca dejé.
-El mundo en contra, ¿sentís que es por ser mujer, estar embarazada y tener “la vida armada” con tu familia y tus hijos?
El entorno lo recibió mal. Hasta yo misma me la cuestionaba. ¿Qué es esta pulsión que tengo? Pero mi mayor apoyo siempre fueron mis amigas.
-Todos me dicen que no, pero a mí me hace bien. ¿Qué es lo real entonces? ¿Qué herramientas te dio el teatro para poder llevar adelante tu vida? ¿Qué fortalezas te aportó? ¿Y qué aportaste vos a la escena con tus miradas multidisciplinarias?
Yo veo que el teatro llega a mi vida como una síntesis. Creo que la actriz que llevamos adentro desde el punto del ser y del hacer y llevar personajes y ponernos mascaras frente a la sociedad y al otro, forman parte del teatro que nosotros hacemos. Los actores lo que hacemos es ponerlo en una función relativa de tiempo acotado y jugar en un ambiente lúdico. No es solo una máscara, un disfraz; es empezar a recrear y a profundizar otras emociones y sensaciones. Pensamos intelectualmente la situación teatral y el conflicto, los personajes y los objetivos, la psicología. Después me formé con otros profesores en el teatro físico y como es el código de comunicación que atraviesa todo el cuerpo y no solo lo que construyó desde la mente. Tengo que agregar al campo sensorial cosas; que es lo que nos pasa a todos como humanos. Todo el tiempo somos impactados por el entorno en todos los sentidos y en todo el cuerpo. Me fortaleció esta experiencia en mis trabajos; lo que me da el salario hoy, fue abonado también por el teatro y no solo esta mirada académica intelectual de arquitectura o docencia. El teatro me lo puso en vísceras.
-Siento que esto se traduce en poder exteriorizar lo que nos pasa, tomar el contexto para ver que pasa y reversionarlo para poder vivir con esto. Pensarnos como un todo.
Ahí va. Es esa. Somos un todo impactado por diferentes cosas. El actor lo que hace es buscar qué impactos convienen a ese personaje para que pueda producir tal cosa. Tal cosa no siempre es algo desde la historia contada o el naturalismo que nos puede pasar a cualquiera. El hecho teatral siempre conecta con el público. La diferencia entre el teatro y lo visual tiene que ver con la presencia de la energía del otro y la reciprocidad. Ninguna función o ensayo es igual a otro. Siempre esta esa otra persona/energía/contexto relativo que te va exhibiendo. Es la vida. Aunque sea un simple ensayo por zoom. Estas respirando a ese otro porque estas atento y observando. Yo trabajo con adolescentes, entonces, esto me permitió tener una observación y recepción importante para generar un ida y vuelta. Pude ampliar la mirada más allá de la docencia.
– ¿Hubo algún momento en el que dijiste voy a sucumbir a los comentarios que me dicen que no o siempre seguiste enfocada en lo que querías hacer que es tu gran pasión?
La verdad que no. En el año 60 había un ciclo de teatro en la tele y vi una obra de Abelardo Castillo que la hacía Alfredo Alcón. Se hacía por el Teatro Cervantes y la pasaban por la tele. Mi familia no tenía la posibilidad de ir al teatro. Y en ese momento hubo algo en mi que pensó que tenía que hacer eso alguna vez. Y lo pude concretar por suerte en el año 2017. Pude conectarme con Abelardo Castillo y hablar con él. Me autorizó para hacer la obra e hice una puesta que duro dos temporadas, dos años. Fue maravilloso. Mira que loco el universo que justamente él me entrega la obre y me autoriza los derechos y a los dos o tres meses muere. Yo estreno después de su muerte. Te lo cuento y todavía tengo escalofríos. Es muy bueno porque me dijo, siendo un tipo duro, que el entregarme su obra fue impresionante. Fue una confianza, hablamos como 40 minutos. Me preguntaba cómo la iba a hacer. Imagínate semejante obra. Para mí es como haber ido del año 1960 al 2017 y concretar algo que me llevo todo ese tiempo. Pienso que las cosas tienen su tiempo. No son inmediatas. Titubear en cuanto al teatro, a veces si, tenía q ver caras largas en ensayos a las doce de la noche con nenes chicos. No es fácil.
– ¿Ves en las nuevas generaciones una nueva conciencia de género y un nuevo accionar en prácticas? Si bien siguen existiendo micromachismo, ¿ves la fuerza al cambio?
Hay cosas que vienen heredadas. Ya como que no se cuestionan tanto. Tal vez nosotros hicimos un razonamiento en otra generación sobre los derechos de la mujer y nuestra inserción en el mundo. Yo vengo de los ´70 donde revoleamos los corpiños; fue una revolución intelectual. Nos llevó décadas y son cosas ya instauradas para los pibes de hoy. Por supuesto existen micromachismos porque no todos revoleamos los corpiños, sino que muchas eran reaccionarias a esos pensamientos y paradigmas. Esas personas hoy son abuelas y madres de los pibes que no las tienen tan clara.
-En cuanto a políticas públicas del sector educativo, ¿sentís que se hace lo necesario para implementar los nuevos paradigmas de género?
Lo que esta bueno es que esto es un debate que se da cuando uno lo habilita. Nada se cambia por que si o porque haya una ley. Pero la ley legitima las acciones porque si no hay que pelear también con los procedimientos. Por ejemplo, en la escuela si planteas la educación sexual integral sin ley, los padres seguramente interpelen o cuestionen las acciones pedagógicas. Sin la ley, ellos tienen razón y tenes que ceder.
-El marco legal da estructuras para habilitar los espacios.
Hay políticas en ese sentido. Hay diseños curriculares que incluyen cuestiones respecto a la diversidad, elecciones y cuidado o identidad. Hoy tenemos en las escuelas situaciones de cambio de género o documento. Y hay profesores y demás personal que por lo bajo no entienden o de alguna manera siguen criticando.
-No entienden la necesidad que ese plantea desde la adolescencia. La iniciativa y los proyectos se impulsan desde los adolescentes mas que desde los padres. Los chicos dicen -esto no va más- y los padres se tiene que adaptar. Cuando en realidad a veces se cree que el adulto va a hacer la bajada de línea
Yo creo que son las nuevas militancias . Nuestras generaciones militábamos mas con cuestiones políticas, económicas o filosóficas. Pero creo que los jóvenes nos abrazamos a determinadas militancias. Estos jóvenes de hoy encontraran estas. Las militancias no empiezan desde los adultos sino desde los jóvenes que ponen cuestionamientos al status quo. Como en todas las épocas hubo adultos que fueron entendiendo, abriendo la cabeza, a ver q pasa, porque lo primero que aparece es el amor entonces por amor te cuestionas. Pensás, voy a ver porque lado va. De alguna manera está bien que sean los chicos que tomen esta posición adulta de abrir y empezar a mirar. Nosotros debemos acompañar y caminar al lado sin hacer la simbiosis porque no soy el adolescente sino el adulto. Para que la sociedad pueda crecer en una red contenedora hace parte el adulto y el adolescente.
-Volvemos a la cuestión del teatro. El ensayo es la vida misma y todos nos nutrimos de todos. Ninguna función es igual porque todos estamos en momento y energías distintas.
Hay un ida y vuelta con todo. Los chicos tienen más permisos para plantear las cosas y son más desordenados y anárquicos pero también forman parte de la sociedad y el contexto en el que vivimos todos. Eso también hay que mirarlo desde ese lugar. Son increíbles de verdad, tienen una autonomía que muchas veces se critica. Pero nuestra obligación como adultos es ayudarlos a echar ancla, investigar, profundizar esa autonomía. Que puedan argumentar.
-Vos me escribiste y me comentaste que era lindo tener muchos años. A mi eso me impacto porque en un mundo donde a las mujeres se nos pide juventud extrema y que siempre parezcamos mas chicas me sorprendieron tus palabras. Y vos recalcas los años, la experiencia, los aprendizas, que te gusta lo que sos. Desde lo interior a lo exterior. Me gustaría que nos cuentes tu perspectiva en cuanto a la edad más para las mujeres que vivimos con muchas cargas.
En principio es un problema del otro. Mi problema es encontrarerme, gustarme y disfrutarme. Después de los 50, yo sentí que podía ser quien era. Después de los 60 dije no tengo ya máscaras, esta soy yo y me encanta. Quiero disfrutar de esto, crecer en esto. No significa estar en una posición rígida sino aceptar la crítica, tomarla y ver como te impacta. Hasta determinada etapa de mi vida, que imagino le pasa a todos, estaba como que siempre esperando la mirada del otro. Inclusive en el tema del teatro, la mirada externa de la familia y el entorno, y hasta mis propios compañeros; a mí me importaba mucho y me hacía modificar cosas de mi propio ser. Después sentí certeza, en determinado momento tuve certidumbre. Y esa certidumbre me hace estar relajada.
-Entender que uno no puede controlar el contexto ni las personas, pero si decidir y construir sobre uno y lo que genera la mirada ajena construyendo. El cambio constante creo también es importante destacarlo para animarnos entre todas a hacer lo que queramos cuando queramos y tengamos la red de contención para romper lo establecido. Si hoy tuvieses la posibilidad de dar un congreso en el que te escuchen muchas personas, ¿de qué hablarías y cuál sería tu consejo?
Pienso que tomaría el tópico del techo de cristal que me permite mirar hacia arriba, más arriba de mi nariz. Me permite mirar y ver a través de eso. El cristal a su vez es frágil entonces lo puedo atravesar. No me hace falta tener un techo sobre mi cabeza; si no lo necesito no lo tengo, pero si lo necesito me contiene. En esa conferencia les diría que es importante creer en uno mismo, pero creer de verdad, no como una frase hecha. Creer que soy un ser valioso que debo vivir el aquí y el ahora, el presente. En este momento yo por ejemplo estoy muy concentrada en esto y ese es el secreto. Si me pongo hacia adelante, me pongo apocalíptica y si me pongo para atrás me pongo nostálgica. Este presente que vivo es la mejor vida que puedo tener. Ahí van tus emociones y tu salud, todo lo completo que somos. Que se quieran mucho y que piensen que el aquí-ahora, el presente es lo más maravilloso que tenemos más allá de todo.