Los grupos 'piqueteros' se movilizarán el martes 10 de mayo desde las principales localidades de la Argentina; continuarán el viaje durante el día 11 y llegarán a la Ciudad de Buenos Aires el jueves 12. Prometen convocar a 300.000 manifestantes que se dividirán en 3 columnas:

 Una se concentrará en la zona de la estación Retiro -las columnas que partirán desde el NEA y NOA; Otra marchará en dirección a Plaza Miserere u Once -grupos de Cuyo y Neuquén-; y la restante iría hasta Plaza Constitución -las del interior de la provincia de Buenos Aires, Gran Buenos Aires y Patagonia- pero luego el jueves todas se concentrarán en la Plaza de Mayo.

 La tensión creció luego de que no llegaran a un acuerdo en todos los puntos de tensión en la reunión del pasado 11 de abril. Si bien lograron que el ministerio refuerce la entrega de alimentos para los comedores populares, tuvieron la negativa para la extensión del programa Potenciar Trabajo a más beneficiarios. Actualmente 1.200.000 personas que efectúan actividades en el marco de la economía popular son beneficiarias del plan, por lo que perciben 16.500 pesos.

 Desde el Gobierno de la Ciudad señalaron la falta de comunicación por parte de su par nacional acerca de la Marcha Federal piquetera que se iniciará este mismo martes: “Todavía nadie se comunicó para coordinar la manifestación”. Así, y a través de una conferencia de prensa, señalaron que “hay un problema de fondo que el Gobierno nacional no está asumiendo ni resolviendo”.

El actual gobierno de Alberto Fernández tiene hasta ahora el récord de cantidad de piquetes y acampes comparado a gestiones anteriores, a pesar de la violación del artículo 22 de la constitución sobre la libre circulación, tanto el Gobierno Nacional como el de la ciudad no lograron frenar este tipo de protestas.

 Los dirigentes de cuyos movimientos también reclaman al gobierno nacional trabajo genuino sin precarización laboral, salario equivalente a la canasta familiar; un aumento de emergencia para que ningún trabajador y jubilado esté por debajo de la canasta de pobreza; aumento inmediato en los programas sociales y su apertura para todos los que lo necesitan, y su universalización; y la asistencia integral a los comedores populares.

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