Nuevo argentino apostando en el exterior
Por Luciano Loureiro, 10:4 Hs. Lectura aprox.: 2 min.
La economía tan complicada y cambiante que atraviesa la Argentina, ya hace muchos años, motiva a los propios a emigrar del país nativo en busca de un futuro mejor, de una vida estable, de proyectos firmes, etc.
Lejos quedo “el granero del mundo” en donde era al revés la historia y todos migraban en nuestro país en busca de lo mejor para uno. De hecho, en casi todas las familias argentinas existe un padre, un abuelo, un bisabuelo que migro de Europa a nuestra tierra.
Hoy, ese hijo, ese nieto o ese bisnieto busca replicar lo echo por alguno de sus familiares progenitores y cada vez son más los argentinos que buscan su futuro en otro lugar del mundo, aunque sea por unos años.
Entre varias historias, se encuentra la de Gonzalo Pérez. Abogado, recibido en la Universidad del Salvador, una vez egresado decidió realizar un viaje de vacaciones a Alemania y desde allí quedo encantado con ese país. Tiempo después decidió instalarse en el viejo continente para buscar su meta económica.
El letrado se puso a trabajar repartiendo comidas a cambio de un sueldo básico de dos mil euros mensuales más propinas. Tenía como meta ahorrar once mil euros y lo consiguió después de once meses de trabajo en la ciudad de Berlín.
Hoy, busca seguir estudiando, hacer un master en economía, continuar su vida en la ciudad alemana, y poder tener su propio negocio, seguir esforzándose ya que considera que el esfuerzo tiene su valoración en una macroeconomía ordenada.
A pesar de su experiencia, solo la trasmite y no realiza apología a la migración ya que en su relato destaca: “No digo que emigrar sea algo fácil o difícil. Lo único que puedo asegurar, en base a mi experiencia personal, es que cada segundo ha valido la pena y lo volvería a hacer. Hay que venir con muchas ganas de trabajar”.
Gonzalo se suma a una de las tantas historias de emigración que poseen los argentinos en los últimos tiempos, y aunque no es apología, es un incentivo más para todos aquellos que tienen la idea volando en sus cabezas ya que no es una decisión fácil de tomar, así como Gonzalo la tuvo a través de un amigo que le comento su experiencia en el trabajo de delivery de comidas y lo convenció a que tomara la decisión, otro argentino puede tomarlo como un empujón.