Netflix nos abre el juego hacia el mundo del ajedrez, por eso nos trajo The Queen’s Gambit
Por Ignacio Poselski, 8:43 Hs. Lectura aprox.: 3 min.
La nueva serie de Netflix, tiene una trama muy atractiva e interesante. Esta miniserie nos propone derribar varios mitos que están instalados hace años, uno de esos es que el ajedrez no es un material entretenido para una ficción, en un recorrido en donde el crecimiento personal y la lucha contra los demonios propios son constantes en la trama.
Gambito de Dama rompe mucho prejuicios en su trama. Uno de ellos es utilizar el ajedrez, un deporte que no se caracteriza por ser emocionante o excitante, para utilizarlo como instrumento de material narrativo o audiovisual. De hecho, esta miniserie se basa en todos los movimientos que realizan las piezas blancas y negras y que radican dentro del tablero.
La nueva ficción de Netflix está inspirada en la novela creada por Walter Tevis: The Queens of Gambit. La misma consta de siete capítulos en el que narran el asombroso descubrimiento de una niña con un talento inimaginable para jugar el ajedrez. Además de narrar sus proezas o caídas deportivas, la trama nos invita a recorrer su historia personal: una niña huérfana, que con el paso del tiempo lucha contra los demonios propios y ajenos. Pero, a fuerza del talento (acompañado por una mirada más feminista), ella va ganando reconocimiento dentro un mundo en donde no era usual ver a una mujer triunfar en el ajedrez.
El título hace referencia una apertura típica en el ajedrez. Una apertura que luego derivará en infinidad de defensas, posiciones, medio juegos y finales. Pero más allá de la literalidad del concepto, hay algo metafórico en esa elección: una figura simbólica que representa a la propia Beth y sus sacrificios a la hora de transformarse en una jugadora del mayor nivel internacional. Lo cual, implica enfrentarse a los históricos maestros en el circuito: los rusos.
Elizabeth Harmon es la niña prodigio del ajedrez pero con una historia de vida muy dura. Beth queda huérfana luego de un accidente automovilístico que terminó acabando con la vida de sus padres. A raíz de ese incidente, es internada en la escuela Methuen Home, a la espera de ser adoptada. Allí, ella establece una relación de amistad con el señor Shaibel, el conserje de la escuela y el gran descubridor del talento que tenia Harmon con tan solo nueve años en el sótano de la escuela, donde jugaban juntos al ajedrez.
Ya con 15 años, es adoptada por un matrimonio de Kentucky, pero la perspectiva de una nueva vida (y un cuarto enorme destinado sólo a ella) se choca con el desinterés absoluto de un padre adoptivo ausente y una madre al borde del colapso. Con la motivación de poder ayudar a su madre, Beth consigue grandes ascensos en los ranking nacionales, lo que conlleva a que aumenten más los viajes junto a su madre y sus adicciones al alcohol y pastillas.
El cierre de Gambito de dama, en un país frío y lejano, encuentra a Beth completando el círculo iniciado, en ese sótano habitado por un ser solitario, su tabla y sus piezas blancas y negra . Luego de sentarse y apoyar la pera entre las manos, la mirada firme frente al más inesperado de los rivales, Basily Borgov, el campeón mundial ruso.