La vida de un bailarín
Por Eliana Belén Borla, 12:0 Hs. Lectura aprox.: 7 min.Maximiliano Guerra cuenta ¿por qué eligió la danza? Y ¿Qué es? la danza para él.
Maximiliano Guerrra es un bailarín, coreógrafo, escritor y pintor. Nació el 5 de mayo de 1967 en Argentina en el Barrio de Almagro.
Jugaba en las inferiores de River hasta que un día acompañó a su mamá a buscar a su hermana al estudio de danza donde realizaba las clases y ahí fue cuando conoció la danza. Comenzó sus primeros pasos a los 10 años con el maestro Wasil Tupin, después de tanto esfuerzo, dedicación y pasión logró entrar al Ballet Estable del Teatro Colón. También fue bailarín en el Teatro Argentino de La Plata y en la Fundación Teresa Carreño. Creó su propia compañía en la cual bailó con su hermana mayor.
1- ¿Qué te dio la danza que no te pudo dar el fútbol Para que lo elijas como carrera de vida?
-Lo que encontré en la danza fue la comunicación, porque el fútbol y la danza tiene cosas muy similares, el trabajo en equipo, el esfuerzo, el mérito de cada día para superarse, por ejemplo en el fútbol correr más rápido y en la danza saltar más alto, resistencia física, o sea todo lo que es corporal es muy similar, el entrenamiento, la disciplina, la responsabilidad.
El trabajo de equipo siempre me gustó, para mí un equipo no es sólo el que sale a bailar al escenario, sino que también tenés una orquesta, los músicos y el más importante el equipo técnico que no se ve, pero sin ello no se puede realizar, estas cosas también las tiene el fútbol.
Con el cuerpo uno puede decir muchas cosas, cuando se para frente a un escenario tiene que representar a un personaje, tiene que contarle al público un cuento, ese cuento tiene que pasar primero por un estudio muy minucioso de cómo es el personaje para que lo puedas pasar por tu cuerpo y en ese camino uno se va encontrando diferentes maneras de contarle al público el cuento y para eso lo tenés que seducir, para que te pueda ver, prestarte atención y pueda llegar a entender lo que le querés contar. Pero por otra parte hay algo que es muy importante, la historia la termina de cerrar el público, vos le contas y le das todas las herramientas para que ellos armen su propia historia. Otra cosa que me fascinó de la danza es que tiene una libertad infinita porque no se usa la palabra. En la danza un paso, una expresión, una energía, un gesto, una mirada pueden significar muchas cosas.
2- ¿Además del fútbol y la danza que otra actividad conociste?
-Me gusta hacer muchas cosas, me gusta pintar, jugué al tenis un tiempo, me gusta escribir, he escrito canciones, poemas, también me pidieron que escriba para infobae. Cuando uno toma la palabra, la pluma es una herramienta de buscar las palabras para comunicar, ahí también te encontrás, con una libertad.
Evidentemente la libertad está muy presente en mi vida. Pero lo que más me gusta es vivir, disfrutar de mis hijas.
No le tengo miedo a los desafíos, si mañana me decís vamos a hacer un programa de televisión me va a divertir porque me gusta aprender.
3- ¿Te acordás quién fue tu primer maestro/a?
-Mi primer maestro fue Wasil Tupín, era un señor que nació en Bulgaria un militar Ruso que se crió en Rusia, fue 25 años el primer bailarín del Teatro Colón.
Fue una persona que me marcó mucho no solo en la danza, los pasos de danza, si no que me enseño como llegar a los escenarios, como plantearme la preparación para estar prolijamente y respetando un ritual que para los artistas es el escenario, es un lugar sagrado donde no podemos mentir, me enseñó a vivir como un profesional del arte de la danza. Con él aprendí que no hay lugar para sentirse mal. Me acuerdo que él siempre decía que los problemas cuando llegábamos las colgábamos en el perchero y entrabamos a la clase simplemente a trabajar y aprender.
4- ¿Cómo se llama el estudio de danzas donde empezaste?
-El estudio se llamaba Wasil Tupin, porque en esa época no tenían nombres como ahora.
A mí me gusta algo que siempre tuve que no cuento mucho, y es que yo me acuerdo hasta lo olores de los lugares, tengo los recuerdos de sentir el olor cuando entraba, pasaba por el pasillo y a medida que me iba acercando escuchaba la música de la clase anterior que estaba por terminar
A los pocos meses entre al teatro Colón, esos fueron mis casas donde pude desarrollarme, crecer y explotarme como artista
5- ¿Cuál fue la obra que más te gustó hacer?
-Tengo un repertorio en mi haber de más de 150 obras, cuando miro para atrás hice tantas obras que no se como me dio el tiempo, pero si te puedo decir que fueron varias, porque cuando me ponía a estudiar un personaje para ese personaje era el mejor.
El personaje que más me gustó y que más deseé desde que era chiquito fue Spartacus, que era un gladiador que peleaba, luchaba y era inalcanzable por la libertad de los esclavos. Yo siempre me preguntaba porque me gustaba tanto, la gente de mi alrededor decía que quizás necesito dar una mano para aportar a la libertad de otras esclavitudes.
Tuve la suerte de ser el primer bailarín no soviético en bailarlo, como personaje principal. Spartacus lo baile en Bon Soleil en Silveira, en España y Argentina.
Hasta ahí, nunca me había propuesto nada, solo hacer las cosas bien, estudiar, trabajar, ser un buen bailarín, saber de los personajes, saber de cultura que es importante en un artista, no solo saber de lo que uno hace, si no que visitar museos, enterarte de la historia, de la situación sociopolítica que vivían los creadores de los personajes o que vivieron esos personajes que estamos por representar. Siempre me pareció que es muy importante acompañar una acción artística con conocimiento y cultura.
6- ¿Bailaste una obra con tu hermana?
-Obras con mi hermana no baile, si bailó mi hermana conmigo en la primera compañía que tuve que se llamaba Joven Ballet y después hemos bailado juntos en actos escolares. Trabajamos juntos en mi primera compañía, antes de que ella se fuera a vivir a Chile.
7- ¿Tus hijas también tomaban clases de danza?
-Todas tomaron clases de danza. Las 3 tienen que ver algo con lo artístico, la mayor vive en Europa es cantante lírica, pero también se recibió en Estados Unidos en la Universidad de Comedia Musical, toca instrumentos, baila Tango, Jazz y Clásico. La del medio es la que más tiene condiciones para bailar, ha ganado premios, becas completas para ir a Estados Unidos, pero antes de cumplir 15 años decidió que no quería bailar más, ahora volvió a bailar y le gusta la danza como hobbies y estudia psicología. La más chiquita le encanta la actuación, pero también hizo clases de danza clásica y ahora está en una escuela de comedia musical.
8- ¿Qué sentís cuando estás en bambalinas antes de salir a escena?
-Yo sentía una ansiada como si fuera la primera vez que me subía a un escenario, que quería estar arriba del escenario y cuando estaba en el escenario la desesperación como si fuera la última vez que podía bailar, eso me llevaba a entregar el 100% de mi sin importarme que mañana me tenía que levantar de nuevo a entrenar, o que mañana me tenía que tomar un avión para viajar a otro ciudad, hasta cuando estaba en Londres, la primera función de la tarde la bailaba como si no hubiese otra y después a la noche las volvía a bailar. Me sentía muy relajado, muy tranquilo como si estuviera tomando un café en el living de mi casa, era mi lugar donde me sentía libre y completo.
9- ¿De todas las lesiones que tuviste, en alguna pensaste que no ibas a poder volver a bailar?
-Me dijeron que no iba a poder volver a bailar, tuve 2 lesiones graves, la primera fue una fractura de meñisco, me operaron por artroscopia y a las 3 semanas estaba en el escenario de nuevo. Cuando me rompí el tendón de Aquiles sí, se me vinieron muchas preguntas, más que nada por lo que me decían. Estaba bailando en el escenario el Corsario, hice un salto y sentí un golpe, cuando bajé del aire no podía apoyar el pie en el piso. Se me llenó el cuerpo y la cabeza de preguntas, porque cuando me operaron me dijeron, primero tenés que volver a caminar, hay que ver si podés volver a bailar, esto va a llevar un 1 año. Entonces empecé a entrenar, arrancaba a las 8 de la mañana y terminaba a las 8 de la noche, hice pilates, recuperación, natación y a los 6 meses estaba en el escenario. Nunca la danza la pensé como que tenía que dejarla en algún momento. Cuando deje de bailar me paso que nos fuimos desenamorando, el escenario de mi y yo de él, empecé a sentir que no salía con esa ansiedad que salía siempre, no tenía la desesperación de la última, entonces dije hasta acá llegó mi amor y del escenario también.
11- ¿pudiste adaptarte a cada costumbre de los países?
-A cada lugar que fui me adapté y quizás esta necesidad de conocimiento, de investigar de cada lugar, me traía inconscientemente esta postura de decir, bueno yo acá tengo que vivir así, cómo viven acá. Yo conocí Rusia en la época soviética, donde estaba prohibido todo, no podías hablar, no hablaban en inglés, viví 3 meses en Moscú, viví en Japón, en China, lugares que el idioma es extremadamente lejano al nuestro, pero me encanta eso de poder adaptarme, porque yo creo que uno aprende adaptándose y lo disfruté.
12- ¿Sentís pasión al enseñar cómo lo sentís al bailar?
-Si porque aparte yo descubrí que me gustaba enseñar desde muy joven, cree la compañía cuando tenía 25 años y me gustaba esto de poder acompañar a jóvenes talentos a que supieran lo que es estar arriba de un escenario, esa compañía tuvo una de las chicas que fue primera bailarina del Ballet Argentino de la Plata, dos muchachos fueron del Ballet del Colón, otra gente se fue a vivir a Chile, y fue una idea, al ver a los chicos al final de sus estudios, que después tienen que pasar a grandes compañías, como los preparamos para que estén listos y se me ocurrió crear esta compañía.
13- ¿Qué danza te apasiona más, el clásico o el contemporáneo?
-Me apasiona la danza, cuando hablas de clásico, contemporáneo estas hablando de dos idiomas, como si hablaras español y francés. Con uno podés contarlo de una manera y determinadas cosas y con el otro de otra forma. Son formas distintas de comunicar, a mi me gusta la danza en general, no hago ninguna diferencia. Yo creo que en la danza te vas a encontrar con la danza clásica que es la raíz de todas las danzas. Si lo pusiera en un imaginario te diría que es un gran árbol, la danza clásica que tiene sus raíces y que eleva una estructura sólida para que se pueda sostener todo el resto y después tienes sus ramas, sus hojas que vuelan según como viene el viento, que todo lo demás es lo contemporáneo, que llegan a comunicar como si fuesen distintos idiomas.
14- ¿Qué es lo que un bailarín tiene que tener sí o sí para poder comunicar mediante la danza?
-Lo que tiene que tener si o si es generosidad,no puede ser egoísta, porque la generosidad es la forma de entrega más natural, esa forma de estar a disposición de lo que esos pares de ojos sentados en una platea están expectantes para vivir una fantasía y viajar a un mundo irreal por un rato.