Jorge Amarante en nuestras aulas: "Hay que formarse permanentemente"
Por Guadalupe Mierez Bo, 10:1 Hs. Lectura aprox.: 2 min.
Los últimos rayos de sol se reflejaban en las ventanas del Centro Cultural Borges, mientras la tarde caía. En el salón mayor un grupo de bailarinas repetía secuencias de passe, souplesse y releve; al ritmo de los grandes clásicos de la música clásica. La voz de Jorge Amarante resuena en todo el lugar dando indicaciones y marcando el tiempo de cada paso. Luego de recorrer los mejores escenarios del mundo y bailar junto a Julio Bocca, ahora disfruta de repartir su conocimiento a las futuras generaciones del ballet argentino.
ISECpost está en una clase de la carrera de Interpretación de Danzas brindada por ISEC para conversar con el maestro.
¿Qué recordás de tus inicios en la danza?
Empecé mis estudios en el Instituto Superior de Arte del Teatro Colón, era muy chico cuando comencé y lo que más recuerdo era levantarme muy temprano para llegar a horario a las clases, compartir con mis compañeros la música y el movimiento. Siempre fui muy inquieto, mis padres me llevaban a hacer varios deportes aparte del ballet.
Ahora que vos sos el que transmite conocimiento a otros chicos inquietos, ¿Qué se siente?
Durante la pandemia fue un poco complicado, la virtualidad dificulta bastante el aprendizaje y conlleva un mayor esfuerzo de ambas partes. Como maestros intentamos que los chicos no pierdan el incentivo, especialmente en la danza que es un arte en el que el entrenamiento se pierde muy rápido y la quietud perjudica el físico.
Después de tanta trayectoria, ¿qué es la danza en tu vida?
Justamente es eso, mi vida, a través de la danza viví tanto dentro como fuera del escenario. Mi esposa es bailarina del Teatro Colón, compartimos muchos momentos juntos aunque en casa tratamos de no hablar de danza, creo que por eso una de mis hijas no quiere saber nada con todo este mundo (ríe).
¿Crees que estos últimos años se modificó el panorama de la danza en Argentina?
Como técnica se va modificando, puntualmente el ballet ya no se baila como hace 20 o 30 años atrás, se fue modernizando y eso obviamente lo enriquece. A nivel social también se magnificó muchísimo, si bien en Latinoamérica a veces es más difícil, cada vez hay más becas para ayudar a que la actividad artística se mantenga.
¿Qué consejo le darías a los chicos y chicas que piensan en dedicarse a la danza?
Que tengan una mente abierta, el bailarín tiene que ser dúctil y saber manejar diversos estilos. Hoy todo está muy fusionado y aprender un solo estilo ya no alcanza, hay que formarse permanentemente y estar en la búsqueda constante del movimiento.