Impactos del Covid 19
Por Pablo Ariel Nogueira, 10:0 Hs. Lectura aprox.: 2 min.
Cuando se afirma que la pandemia de coronavirus produjo una crisis sin precedentes, no se está queriendo decir que es la peor enfermedad que jamás se haya conocido, pues la rubeola es mucho más contagiosa, el sida más grave, y tampoco es la primera gripe que se expande por todo el planeta.
Se está queriendo decir que la respuesta a la pandemia, esto es, el confinamiento generalizado de la población en un sinnúmero de países, no tiene precedentes. Por supuesto que habría que diferenciar las modalidades de esta respuesta, desde el autoritarismo de China, la indecisión de Gran Bretaña, la inconsistencia de Estados Unidos, la radicalidad de Italia, hasta la represión policial de Francia. Pero lo cierto es que, en gran parte del mundo y según distintas disposiciones, se tomó la decisión de limitar drásticamente las posibilidades de desplazamiento, a costa de interrumpir una parte sustancial de la actividad económica y social.
Tal decisión tuvo dos tipos de consecuencias, con importantes variaciones según los contextos. Por una parte, se suspendieron ciertas libertades públicas y derechos fundamentales en el marco de un estado de emergencia denominada sanitaria, libertad de circulación, de reunión, de manifestación, a la educación presencial, a la vida privada. Por otra parte, la anunciada recesión irá acompañada de efectos económicos y sociales, como incremento de la deuda pública, pero sobre todo del desempleo, quiebre de empresas, empobrecimiento de las clases populares, mayor insolvencia de los hogares y mayores carencias alimentarias.
La urgencia de los gobiernos para declarar que su prioridad era salvar vidas se acentúa en la medida en que por un lado, no estaban preparados para semejante acontecimiento y por el otro, no supieron reaccionar de manera rápida y acertada frente a la aparición de los primeros casos.
El propósito, desde luego, no es poner en cuestión la necesidad de determinadas limitaciones para proteger la salud de la población, sobre todo cuando el poder público no implementó debidamente las medidas preventivas que habrían podido contener la propagación de la epidemia. El propósito es la responsabilidad de los gobiernos y los especialistas. El propósito es cuestionar aquello que parece tan obvio que bastaría con explicárselo al pueblo para que este terminara comprendiéndolo.
El propósito es invitar al intercambio de una crítica ética entre la ciudadanía.