Hospital Interzonal General de Agudos Evita: cómo maneja el Municipio el financiamiento nacional destinado a la institución y qué situación se vive puertas adentro de uno de los hospitales más importantes del distrito
Por Celeste Acosta, 2:37 Hs. Lectura aprox.: 4 min.El Hospital Interzonal General de Agudos Evita es el primer punto al que acudir cuando una urgencia sanitaria acontece en el Municipio de Lanús y sus alrededores. Este establecimiento es el de mayor complejidad en la zona que, además, recibe derivaciones de otros distritos, inclusive de Capital Federal. Sin embargo, a pesar del caudal de personas que recurren a la institución en busca de ayuda, no se cuenta con los recursos suficientes para dar la respuesta acorde que cada paciente necesita. A fines del año 2019, la Asamblea de Mayores Contribuyentes de Lanús aprobó el presupuesto municipal para 2020, el cual supera los 8 mil millones de pesos. Sin embargo, a pesar del rol del establecimiento para el Municipio, el hospital cada año incrementa su nivel de decadencia y desidia. ¿Cuáles son los puntos de fuga de los fondos?
Si bien esta situación ya resonaba en el boca a boca de todos los zonales, este año particularmente la llegada del coronavirus activó todas las alarmas. En marzo, días previos al comienzo del aislamiento social, preventivo y obligatorio, asumió Javier Maroni como nuevo Director Ejecutivo de la institución reconocido por Daniel Gollan, Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, como un sanitarista de altísimo nivel capaz de enfrentar y enmendar la gravísima realidad que viven a diario médicos y pacientes. Maroni reconoció que “levantar el hospital será una tarea titánica.” Para ese momento, la deuda acumulada superaba el millón de pesos entre pagos pendientes a enfermeros, médicos y proveedores.
Entrevistamos a una voluntaria del Hospital que nos contó que son recurrentes las ausencias del personal médico y enfermeras ante la falta de pagos. Asimismo, aquellos que asisten a sus tareas se ven ampliamente restringidos ante la falta de insumos debido a que los proveedores están al tanto del déficit presupuestario y no quieren realizar entregas sin pago al contado. También, es escaso el personal de limpieza lo que agrava aún más el contexto en el que se brinda la atención sanitaria. Además nos comentó que es frecuente que los pacientes lleven sus propios insumos como algodones, vendas, medicamentos y demás productos de venta libre para así poder dar curso al tratamiento que necesitan. Durante su labor como voluntaria lleva adelante terapias alternativas referidas a cuidados paliativos durante los cuales reflexiona y escucha experiencias de los pacientes quienes le cuentan que este hospital es la única alternativa viable por cuestiones económicas para encontrar la cura a sus enfermedades y aliviar sus malestares, reforzando aún más el rol clave que cumple el establecimiento para la comunidad.
En agosto del corriente, los Ministerios de Obras Públicas de la Nación y de Salud de la Provincia de Buenos Aires implementaron el Plan de Recuperación de los Hospitales Públicos de todo el territorio bonaerense; entre ellos, el Hospital Evita de Lanús. Las nuevas obras permitirían que 56 nuevas camas se encuentren operativas incrementando de esta forma la capacidad para afrontar la asistencia de la población que requiriera internación por el coronavirus. Sin embargo, días después del anuncio oficial de las nuevas medidas, la Unidad de Terapia Intensiva y la Unidad Coronaria debieron suspender transitoriamente su funcionamiento durante dos semanas por la ausencia de personal afectado por coronavirus y por la necesidad de reacondicionar sus instalaciones. Sumado a la infraestructura decadente, por la falta de insumos esenciales en época de pandemia, el número de infectados de personal sanitario dificultó la atención en todas las áreas. Fue necesaria la intervención de la Dirección Provincial de Hospitales del Ministerio de Salud Bonaerense para poder reactivar el funcionamiento de las unidades mencionadas.
Frente al reclamo de pacientes y médicos, el Director Provincial de Hospitales, Juan Riera, explicó que “ahora, además de haberse recuperado parte del personal afectado por la pandemia, hemos sumado recursos humanos y equipamiento; también trabajamos sobre las instalaciones y readecuamos el sistema de ventilación, efectuamos el recambio de pisos y cerramientos de aluminio, hicimos trabajos de renovación en los baños para profesionales y de iluminación general, lo que nos permite disponer nuevamente de un servicio clave para la atención de pacientes críticos, afectados tanto por COVID19 como por otras patologías”. Riera agregó que abrieron concursos para presentar diversos pliegos de licitación para la recuperación y puesta en valor de la infraestructura del Hospital con el aporte del gobierno nacional y provincial.
Es evidente que las autoridades tanto a nivel municipal como nacional cuentan con los recursos necesarios para invertir en el hospital e impulsar el correcto funcionamiento de todas las áreas de la institución y el pago digno para el cuerpo médico que todos los días lucha para cumplir con su labor. La pregunta que surge es por qué los fondos aparecen mágicamente cuando la emergencia sanitaria se hace presente y no en un plan preventivo que permita mejorar las instalaciones con las obras correspondientes para renovar la infraestructura así como también con medidas para adquirir nuevas tecnologías, disponer de recursos sanitarios esenciales y cumplir con los salarios a tiempo. Aquellos que recorren el Municipio podrán comentar que se realizaron mejoras en espacios verdes, urbanización de epicentros comerciales, o inversiones en las últimas campañas electorales. Pero sería importante recordar que sin salud nadie va a una plaza, nadie sale a pasear, ni nadie va a votar.