¿Te acordás cuando ponías las manos en los bolsillos del delantal y te zambullías en un mar de pelusas, migajas y algún papelito pegoteado, producto tal vez de haberlo metido al lavarropas junto con la prenda? El guardapolvo siempre fue eso: una prenda mediadora entre la suciedad y una remera nueva, o un pantalón comprado para el primer día de clases. Pero detrás de eso, este símbolo escolar guardaba múltiples significados que hoy, a raíz de la necesidad de las clases virtuales, salen a la luz.