Francia : nace la clase del futuro
Por Loic Paul Dugelay, 8:48 Hs. Lectura aprox.: 3 min.
Un prototipo de clase virtual y conectada fue desarrollado por la empresa Pixminds y el Liris (Laboratorio de Informática en Imágenes y Sistemas de información) en la ciudad de Chambéry en Francia.
“Con más esfuerzos, tendrás la capacitad de mejorar tus resultados”. Esto podría ser el próximo comentario del boletín para definir las clases tradicionales, las que padecimos todos con salas llenas de alumnos amorfos, rendidos, escuchando a un profesor durante una hora entre silencio religioso y sutiles ronquidos.
El futuro está repensando el modelo de la clase y, con ella, el sistema de aprendizaje. Un prototipo de clase virtual y conectada, desarrollada por Pixminds y el Liris, está iniciando su año escolar en Chambéry al norte de los Alpes franceses.
Con este modelo viajamos hacia un futuro no tan lejano que nos muestra que se pueden explorar nuevas maneras de aprender. Ya podemos afirmar que el aprendizaje piramidal fundado sobre la competitividad y la humillación está por volverse obsoleto. Y suena como una buena noticia.
Construir un conocimiento común
La clase desarrollada por Pixminds y Liris se instaló en la escuela de comercio Inseec U y pone la primera piedra de la dirección que podría tomar el aprendizaje de los niños y adultos en los años porvenir. Una sala de 100 m2 equipada con una pantalla interactiva gigante que se despliega sobre varias paredes.
Fuera de la tecnología, permite hacer trabajar los alumnos por grupos reducidos, interactuar en directo con el docente y adaptar las formas de trabajo en tiempo real. Imaginada antes de la oleada de la pandemia de coronavirus, el aula fue replanteada para responder a las problemáticas sanitarias. Pixminds provee la tecnología de la pantalla y el laboratorio Liris de Lyon, especializado en el desarrollo de guiones pedagógicos define la parte software que permite un sistema de reparto fluido de las informaciones entre alumnos y profesor.
“Los estudiantes van a poder seguir los cursos a distancia en una plataforma como Twitch o YouTube gracias a cámaras ubicadas en distintos lugares del aula”, explica Léo Giorgis, socio de Pixminds. Con el mismo concepto que en presencial, el estudiante está integrado al aula gracias a su teléfono o a su Tablet. “Habría emojis que indicaran su estado de ánimo si se siente perdido o no” agrega. “El alumno emite hipótesis acerca del ejercicio en su Tablet, puede compartir sus reflexiones enviando una foto de lo que realizó y aparece directamente en el muro interactivo. Se construye un conocimiento mutuo con el grupo que permite que todos avancen juntos”, explica Jean-Charles Marty, quien es docente en la Universidad de la Savoie y investigador en el Liris.
Cooperación, creatividad, compasión
Esta clase no viene del futuro por casualidad. Pone en exergo cierta cantidad de competencias del siglo XXI descriptas por François Taddei cofundador y director del Centro de Investigación Interdisciplinario (CRI) que son cooperación, creatividad, comunicación, critica constructiva y compasión. “La clase de mañana invitará los alumnos a cooperar sobre problemáticas abiertas que habrán elegido por lo menos en parte. Todos vivimos un desafío importante frente al Covid-19 y hoy en día, la pregunta es: sabremos enfrentar nuevas crisis colectivamente”?
Tanto las herramientas tecnológicas como los juegos videos pueden acentuar e espíritu colaborativo intercambiando en esta oportunidad la sanción con la recompensa. “Es la inmersión máxima, el docente se torna en maestro de juego e intenta hacer progresar los estudiantes o los grupos en función de sus habilidades”, describe Jean-Charles Marty.
En cada nuevo aprendizaje, una nueva competencia se desbloquea. Aparece en el perfil del alumno como las monedas de oro que “Súper Mario” recolecta en el juego de Nintendo. Si un alumno se encuentra con una dificultad, se dirige hacia un camarada quien ya adquirió la competencia que necesita para poder seguir avanzando en el juego. “Toda la gracia reside en no mandar a alguien en el muro y asegurarse de su nivel antes de proponerle una nueva actividad”, detalla el investigador.
Por supuesto, cualquier innovación pedagógica tiene sus limites y el juego video no es una excepción. “Algunas personas consiguen excelentes resultados en el juego pero no logran aplicar sus competencias en la vida real. Tiene un tipo de barrera mental”. Observa Jean-Charles Marty. Por eso, la colaboración llega de nuevo como salvadora. Una de las formas de resolver este problema de traspaso de conocimiento a la realidad es el debriefing. Por cada adquisición, los alumnos toman el tiempo de conversar y esta distancia permite consolidar el saber.
En el futuro, los estudiantes no competirán más bien colaboraran para intentar responder a las problemáticas de sociedad. ¿Y qué esperamos para hacer esto?