"No van a cerrar las escuelas", dijo el entonces ministro de Educación Nicolás Trotta a Télam, en la mañana del 12 de abril. Ese mismo día, pero por la noche, el presidente Alberto Fernández anunció: “He decidido que la circulación nocturna entre las 20 y las 6 se restrinja. No se puede circular por las calles. También quedan suspendidas todas las actividades recreativas, culturales y religiosas que se hagan en lugares cerrados”. De esa manera y por 15 días, las escuelas se cerraron y las clases presenciales se suspendieron. En la vorágine de una pandemia, estas cosas se relativizan. Se pasa rápido a otro tema, porque la agenda así lo indica. Total, ¡qué le hace una mancha más al tigre de la comunicación dentro del Gobierno! Pero las manchas cada vez son más, y en el cuerpo del tigre ya no queda más espacio para pintar.