El reencuentro de la familia china a 32 años del secuestro de su primogénito
Por Celeste Acosta, 9:36 Hs. Lectura aprox.: 2 min.Después de más de tres décadas de búsqueda incansable y sufrimiento profundo, Li Jingzhi logró reencontrarse con su adorado hijo. El joven Mao Yin fue secuestrado en 1988 con apenas dos años frente a un hotel cuando paseaba con sus padres en la provincia de Shaanxi, China, para luego ser vendido a una familia adoptiva en Sichuan por 6 mil yuanes (el equivalente a USD 840 al cambio actual).
Luego del dramático acontecimiento, su madre renunció al trabajo para dedicar días enteros a repartir más de 100.000 volantes en 10 provincias y municipios con la cara de su hijo como así también a involucrarse en la televisión y hacer entrevistas que puedan contribuir a la búsqueda. Durante su labor, descubrió más de 300 pistas en pos del encuentro de muchos niños en situaciones similares. En 2007, se unió a la organización Baobei Huijia (que significa Bebé vuelve a casa en idioma chino) donde colaboró para que 29 bebés desaparecidos puedan reencontrarse con sus familias biológicas.
El secuestro y tráfico de bebés es un problema desde hace mucho tiempo en China. No existen cifras oficiales, pero en el sitio web de Baobei Huijia hay 14.893 búsquedas activas. En 2015, se estimó que 20.000 niños eran secuestrados cada año en este país.
Gracias a los avances de las nuevas tecnologías, en abril del año corriente mediante un sistema de reconocimiento facial sonaron todas las alarmas respecto a Mao Yin por una fotografía que sus padres habían aportado a la investigación años atrás. La policía se encargó de recopilar toda la evidencia necesaria respecto a la vida del joven para terminar de comprobar los resultados con un análisis de ADN.
Mao Yin en la actualidad dirige un negocio de decoración para el hogar aunque ya planea mudarse a su Xi´an natal para estar más cerca de sus padres biológicos. La autoridades prefirieron resguardar la identidad de los padres adoptivos como medida de seguridad y derecho a la privacidad.