El pueblo sami: una de las civilizaciones más antiguas del mundo
Por Abril Miguens, 10:5 Hs. Lectura aprox.: 4 min.
El pueblo sami, Saami o Sami (palabra que en su idioma significa “gente que esta unida”) habita en Laponia o Sápmi, una región que se extiende por el norte de Noruega, Suecia, Finlandia y la península de Kola al noroeste de Rusia. Si bien no existen estadísticas oficiales, se cree que su población total es de alrededor de 82.000 personas. Aproximadamente la mitad habitan en Noruega.
Los Sami viven en goahtis o lavvu, como ellos le dicen a las chozas o tiendas redondas revestidas con tela y musgo de turba o madera con un agujero en el medio del techo para poder hacer una fogata adentro, saliendo el humo por este orificio, para calentarse y cocinar. Se dedican, principalmente, a criar renos, cazar en los bosques y pescar en los fiordos. Tienen su propio canto tradicional llamado “Yoik” acompañado de un tambor lleno de dibujos que representan la naturaleza, la comunidad y los elementos (tierra, aire, fuego y agua). Tienen, también, 5 idiomas propios, extraordinariamente expresivos, en el que, curiosamente, tienen más de 100 palabras para decir “nieve” y más de 50 para decir “reno”.
Durante años los países nórdicos han querido conquistar el pueblo sami como parte de su Estado. En especial Noruega, que a fines del siglo XIX intento quitarles su cultura exigiéndoles que abandonen sus nombres y cambien de idioma al noruego, pero ellos, siempre han resistido. Así es como, en 1956 se creó el “Consejo Nórdico” como órgano de enlace entre los mal llamados, lapones (ya que, lapones en lapón, significa ropa de mendigo) y los países nórdicos. Al desmoronarse la Unión Soviética, en 1991, los Sami de la península de Kola se asociaron al Consejo rebautizándolo como el “Consejo Saami”. Todos los 6 de febrero se festeja el “Día Nacional Sami” en conmemoración a ésto.
Otra de sus particularidades es que tienen su propia bandera, adoptada en 1986. El motivo fue elegido junto con el poema Päiven parneh en mente, escrito por el sacerdote Sami meridional y pastor protestante Anders Fjellner, donde se describe a los saami como “hijos e hijas del sol”. Sus colores no son elegidos al azar, ya que, el amarillo representa el sol, el azul representa el cielo, el verde representa los árboles y el rojo representa el fuego. El círculo hace referencia en su lado izquierdo a la luna y, su lado derecho, al sol.
En cuanto a su religión, hasta el siglo XVIII era predominante el chamanismo, en el cual adoraban la naturaleza, el sol y la luna, pero, debido a los esfuerzos misioneros cristianos, se intensificó la Reforma protestante del cristianismo. En Noruega, sobresalió la figura de Thomas von Westen, o más conocido como “El Apóstol de los Saami”, un misionero que predicó al pueblo sami alrededor del año 1720, éste defendía el uso del lenguaje sami y la iglesia. Como consecuencia de ésto, la mayoría de la población sami pertenece a la iglesia cristiana luterana y, en Rusia, a la iglesia ortodoxa rusa.
De todos modos, aún existe parte de la población que sigue venerando dioses naturales, como la diosa de la fertilidad, el amor, la primavera, el sol y la cordura “Beiwe”. Acorde al mito, la diosa viaja con su hija Beiwe-Neia, a través del cielo en un suelo cubierto por huesos de reno, gesto que hacía que broten plantas verdes luego del invierno para que los animales, en particular los renos, puedan comer.
Todos los años, en la noche más corta del año por el solsticio de invierno, se festeja el Festival de Beiwe donde la diosa es llamada por los Sami para restaurar la salud mental de los que enloquecieron por la continua oscuridad del largo invierno nórdico.
El pueblo sami se viste de una manera particular con trajes llamados “Kolt”. Éstos son rojos, amarillos y azules de pie a cabeza para poder diferenciarse en la nieve si llegan a perderse. Están elaborados en su mayoría con pieles de reno.
En cuanto a su gastronomía, los Sami tienen un plato típico llamado “Suovas” o “Suovasbierggo”, compuesto por carne de reno ahumada durante varios días, servida con papas cocidas y frutos del bosque. De postre, es habitual comer hierba angélica con leche de reno o plantas de azúcar; También pan sin levadura, slåbbå (panqueque hecho con sangre de reno) o queso con nieve.
Los Sami son una civilización abierta al turismo, si bien, se basan en vivir de la pesca, la caza y la cría de renos, también, viven del turismo y abren sus puertas a que el mundo conozca sus tradiciones y su estilo de vida en el hermoso norte de los países nórdicos y noroeste de Rusia, donde rondan largos días de sol en verano y largas noches de nieve y auroras boreales en invierno.