El cine argentino con una nueva apuesta

 Luego de estar seis años separado de su esposa, “El Turbo” (Adrián Suar) acepta el pedido de su hija de que conviva nuevamente por 30 días con su exesposa, “La Loba” (Pilar Gamboa) que se está recuperando de una larga internación. La nueva vida en familia podría reavivar los sentimientos de amor y la ilusión de estar juntos.

 A priori, ya sea por el título, el póster o por su mismísimo protagonista, 30 noches con mi ex da la sensación de ser otra película más de Suar, y si bien hay mucha verdad en esta frase, hay que destacar que en esta ocasión eso es algo bueno.

 En su debut como director, Adrián Suar, sorprende con una narrativa certera, una puesta más que correcta y una dirección de actores excelente. Estamos ante una de sus mejores películas de los últimos tiempos. Lo más destacable del cine del “Chueco”, más allá de sus comedias, es la puesta en escena de la Ciudad de Buenos Aires.

 Además, aquí logra balancear muy bien lo dramático a través del personaje de Pilar Gamboa, donde ahonda en una temática no tratada en la comedia argentina como es la salud mental. Gamboa, se lleva la película y su actuación es para aplaudir de pie. Te hace reír y enternecer por partes iguales.

 La historia es simple. No busca revolucionar el cine y aprovecha una formula que al actor lo beneficia mucho, y está bien que así lo sea porque no pretende ser otra cosa. Su máxima aspiración la cumple: distraerte con sonrisas y algo más. ¿Qué más? Pues el valor agregado de este filme, aquello que no se espera encontrar y que Suar logra manifestar en muchos planos de la trama, un amor hacia su exmujer, “La Loba”. 

 No son muchas las películas donde el actor logra trasmitir un amor tan tierno y cariñoso hacia su pareja de rodaje. Además, es la primera vez que se observa que logra entender lo que atraviesa su pareja.

 “30 noches con mi ex” como comienzo fue bueno. Esperemos como se desarrolla la carrera de Suar en esta nueva función.  

Foto: La voz.com