De no saber que estudiar a ser una de las voces mas importantes de la radio: Jorge Formento, la voz nacional
Por Ramiro Nahuel Zorzoli, 9:39 Hs. Lectura aprox.: 7 min.
Es una de las grandes voces de la locución nacional, su nombre es sinónimo de radio y su trayectoria es una historia que él nunca deja de contar. Con más de tres décadas frente a un micrófono que se emociona cuando escucha el sonido de su voz, uno de los mejores locutores nos cuenta un poco de su historia, de como empezó en el mundo de la radio, su infancia y sobre todas las cosas, de la importancia de trabajar de lo que a uno le gusta.
- Para empezar...¿a usted de chico ya le gustaba la locución?
- No, no estaba en mis planes. Me empezó a gustar cuando empecé a estudiar, porque casi me obligaron a hacer algo, yo no sabia qué iba a hacer, recién había terminado el secundario. En un momento pensé estudiar periodismo deportivo, pero no por vocación, sino para estar cerca de Boca que era mi pasión. Y un tío, que trabajaba en el diario "La razón" me dijo: "periodista te hago yo, te llevo al diario y te enseño. mejor estudia locución que te puede abrir mas puertas" y ahí me anoté, empecé a estudiar la carrera y me empezó a gustar.
-¿Cuál fue el momento, en el que usted dijo: yo puedo tener un futuro con la locución?
-Cuando me dieron el carnet de Locutor, soñaba con decir unas palabritas en la radio. Después, este laburo y esta profesión, me fueron sorprendiendo en estos casi 37 años. Yo quería trabajar en la radio y tener la posibilidad de trabajar en esto, pero nunca me imaginé trabajar en tele, ni mucho menos. Soy un afortunado, con estos trabajos que se me fueron dando, me permitieron en estas tres décadas vivir de esto.
-¿En aquellos momentos que se decía de los que querían estudiar locución?
- (ríe) Era difícil, porque solo se estudiaba locución en dos lugares: el COSAL y el ISER. Todos los chicos que soñaban con tener este laburo, tenían que venir a Buenos Aires, ahora hay muchas más posibilidades. Por ejemplo, cuando yo me anoté en el ISER, que después no fui a rendir el examen porque no me sentía capacitado para superarlo, y me anoté al año siguiente en COSAL. Pero primogénitamente en el ISER, había cuarenta vacantes para 20 varones y 20 mujeres, y ahí se me ocurrió preguntar cuantos había anotados, y me dijeron 4.000...y yo, no me sentía que iba a estar en esos 40 elegidos. Pero era difícil eso, había mucha gente que quería estudiar y solamente estaban esos dos lugares con capacidades reducidas. Ahora hay muchos mas lugares pero hay un problema...no hay laburo, y es muy difícil que te den un espacio en los medios, y que te den un espacio en el que te paguen por tu trabajo.
-¿Su familia lo apoyó?
-Sí, ya para mi familia que estudiara era una bendición del cielo (ríe). No me jactaba por ser un pibe con buenas notas, pero si tenia muy buena relación con mis profesores, había mucha relación de afecto muy importante. Todos los años me llevaba materias, pero hubo una materia que nunca me la llevé que fue Lengua y Castellano, esa me gustaba. Tuve buenos profesores que me enseñaron una buena lectura. Pero a pesar de no ser un buen alumno, tengo muchos recuerdos de la secundaria, como ya te digo, por los profesores y en especial por los amigos.
-¿Tenia algún referente en la radio?
- Yo tenia gente que me acompañaba, que admiraba pero como oyente como hago hoy en día. Cuando yo escuchaba radio estaban: Larrea, Carrizo, el negro Marthineiz, Juan Carlos Mareco (Pinocho), Juan Alberto Badia...tipos que pusieron la vara muy alta, no solo como locutores sino también como conductores. Era un lujo poder escucharlos.
-¿Pudo trabajar con alguno?
-Sí, trabajé con Juan Alberto Badia, me lo he cruzado a Héctor Larrea por los pasillos de Canal 9, con Carrizo hemos hecho alguna transmisión especial por aquellos años en canal 9. Al que no lo pude tratar y es una asignatura pendiente, es a Juan Carlos Mareco (Pinocho) al que le tenia mucha admiración.
-Cuando le dieron el carnet de locutor...¿Cuál fue su primer trabajo?
-Cuando yo me recibí, porque el carnet me lo entregaron tiempo después, catorce días después de mi ultimo examen Marita Monteleone, que habíamos estudiado juntos, me dice: Te paso a buscar y vamos a buscar trabajo. Yo no quería, y tanto que insistió, fuimos. La primer radio fue radio Buenos Aires y estaba Cesar Gómez, que es el que acompaña a Riverito en los números de la quiniela. Cesar, sin mediar palabra alguna, me dice: ¿Sos locutor?. Si, le digo. Bueno trabajas el 31 de Diciembre. Y esto era el 28 de Diciembre, yo pensé que era una joda por el día de los inocentes y le digo: me estas bromeando sino me tomaste ninguna prueba. y me dice: Mira, vas a trabajar el 31 de Diciembre de 8 de la noche a dos de la mañana, ese día te va a escuchar tu familia y tal ves te escuche un poquito yo...y así fue mi primer laburo.
-¿Se ganaba bien?
-No, nunca se ganó bien. Los locutores tenemos un sueldito, y después tenes que hacer malabares. En mis comienzos, yo tenia tres radios distintas, a veces dormía en la radio. Hacia 18 transmisiones y no me alcanzaba el tiempo. Es muy diferente a la tele de ahora y a los sueldos de los conductores. Pero no, el sueldo de los locutores es muy bajo y hay que hacer malabares para llegar a fin de mes, salvo que ya seas una figura reconocida y te den un contrato de otra altura.
-Usted abarcó varios géneros dentro de la profesión: deportivo, etc. ¿Con cuál se queda?
-No, yo nunca fui locutor de fútbol. Hice un programa con amigos pero no más que eso. Después trabajé en noticieros, pero siempre como la labor de locutor, trabajé en Feliz Domingo, con Berugo Carámbula como voz en off, pero siempre con la labor de Locutor. Porque siempre fue un trabajo, en las épocas más populares de Feliz Domingo, a mí me tenian que empujar para entrar al canal, porque yo prefería estar comiendo un asado con amigos como a cualquier persona.
- Trabajar en Feliz Domingo...¿Cómo fue?, Usted es amigo de Silvio Soldán...
- Sí, lo conocía de trabajar en la radio. Pero fue un trabajo mas, podía estar en Feliz Domingo como en cualquier otro. Era un programa en vivo que era bárbaro
-¿Cuantas horas duraba?
- Llego a durar desde las 12 del mediodía hasta las 10 de la noche. Lo que pasa es qué la tele en vivo, es mucho más linda, a mí no me gusta trabajar grabado. Sentís una adrenalina diferente, porque sabes que lo que esta en VIVO no tiene retorno, y eso es bárbaro. Y además tiene otro ingrediente fundamental...que en la televisión en vivo sabes cuando entras y cuando te vas, y eso es MA-RA-VI-LLO-SO.
-¿Cree qué con "Feliz Domingo" tocó el cielo con las manos?
-Aumentó la capacidad de que la gente te trate como de la familia y eso es muy lindo. Tocar el cielo con las manos es otra cosa...comer un asado con tu vieja, estar con tus hijos, lo demás es un laburo. A veces te puede ir mejor, a veces peor, a veces podes hacer un manguito más, pero no mas que eso, el laburo es el laburo, la vida es otra cosa.
-¿Tiene amigos en el medio?
-Sí, la gente con la que he trabajado. Aquellos años en canal 9...me hice amigos de la gente que trabajó conmigo.
-¿Tiene una anécdota inolvidable en Feliz Domingo?
-Metidas de pata constantemente, imagínate tantos años y tantas horas. La qué si recuerdo fue cuando le dije a Silvio si me bancaba para ir a hablar con la producción para cortar antes la grabación, y así poder ir a verme a Boca que salió campeón en la bombonera. Me fui en traje y maquillado, y el del control, que me reconoció me dejo entrar. Y creo que Romay nunca se enteró, pero si se hubiera enterado, se hubiera reído.
- En la vida de Jorge Formento, ¿Cuándo llegó el amor?
-Yo viví en pareja casi siempre (ríe). A los 20 años conocí a la que después fue mi mujer, 28 años de casados, ahora 9 que estoy separado, pero siempre con muy buena relación. Tengo 4 niños hermosos, y me enamore dos veces en la vida de dos personas maravillosas.
-Fue abuelo en Cuarentena...
-Sí, mi única nieta, por ahora, a la que estoy disfrutando y malcriando.
Después de estos 37 años de carrera que tiene, de aquel Jorge Formento que no sabia que estudiar...¿Qué conclusión saca de su vida?.
-Qué soy un afortunado, yo no creo en la meritocracia, uno ha tenido un montón de ventajas que otros no la han tenido. Yo, mi trabajo la hago con mucha responsabilidad...pero miro para atrás, y hay gente que transpiró más la camiseta que yo.