Costa Rica, el primer país de América Central en legalizar el casamiento gay
Por Loic Paul Dugelay, 7:29 Hs. Lectura aprox.: 3 min.El martes 26 de mayo Dunia Araya y Alexandra Quiros fueron las primeras en decirse que “sí”. Las dos mujeres, vestidas de blanco, intercambiaron sus consentimientos en San Isidro de Heredia, una localidad situada a 14 kilómetros al noroeste de la capital San José, frente a una escribana que llevaba una mascara de protección. Le ganaron a numerosas parejas que se preparaban para beneficiar de esta medida justo después de su aplicación el lunes a la medianoche.
Con la sanción de esta ley, Costa Rica se volvió el primer país de América Central en legalizar la unión entre personas del mismo sexo. Una decisión de la corte suprema saludada por los medios pese a que el Coronavirus impidió la festividades en el país.
Después de Canadá, Estados Unidos ,Argentina, Uruguay, Brasil, Colombia y Ecuador, Costa Rica es el octavo país del continente americano en normalizar el casamiento gay, el primero en América Central y el 29 en el mundo.
Una transformación social
Como no se pudo celebrar, la televisión pública y las redes sociales difundieron el evento con programas especiales dónde recordaron la historia de la lucha en contra de las discriminaciones sexuales y transmitieron mensajes de apoyo de personalidades del mundo entero reunidos por la iniciativa de la campaña “Sí Acepto Costa Rica”.
« Este cambio provoca una transformación social y cultural significativa que va a permitir a miles de personas de casarse legalmente », comentó el presidente, Carlos Alvarado.
En el 2018 la Corte Suprema había declarado inconstitucional la prohibición del casamiento entre parejas de mismo sexo, que figuraba en el código de la familia. La corte había dado al parlamento que tiene numerosos cristianos evangélicos conservadores, dieciocho meses para modificar la ley y había previsto la cancelación automática de la misma al cabo de este plazo, lo que ocurrió.
Esa sentencia intervenía siete meses después de una decisión de justicia que afectaba todo el continente. El 9 de enero del 2018, la Corte Interamericana de los derechos humanos (IDH), la cual emana de la organización des los Estados americanos (OEA), había exhortado a los países de la región a modificar su legislación para reconocer el casamiento entre conjugues del mismo sexo, marcando así una evolución mayor en América Latina.
Mensajes de apoyo
« Nos alegramos con ustedes : felicitaciones a todos aquellos que trabajaron tan duro para que sea posible ! », twitteó la ILGA (International Lesbian and Gay Association), que defiende las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales.
Es « un momento extraordinario de celebración », twitteó, antes de la media noche, Victor Madrigal-Borloz, experto independiente del Consejo de los derechos humanos de las Naciones Unidas para la protección contra la violencia y la discriminación basada sobre la orientación sexual. Expresó su « gratitud hacia el trabajo de tantos », recordando la memoria de « todos aquellos que vivieron sin poder ver ese momento ».
Decenas de personalidades se expresaron durante el programa especial en el cual se recordaron las persecuciones que sufrieron los miembros de la comunidad LGBTI en los años 80. Ana Vega, propietaria de La Avispa, un bar-discoteca de San José, evocó las intervenciones policiales en su establecimiento. « Felicitaciones a Costa Rica, los ojos del mundo entero los están mirando », declaró el abogado americano Evan Wolfson, fundador en el 2003 de la organización Freedom to Marry.
Una oposición menos entusiasta
Una alegría que no comparte la diputada evangelista Nidia Céspedes, quien condenó la legalización del casamiento gay: « Día de tristeza para la familia tradicional Costariquense ». « La aplicación del casamiento para todos es un golpe al alma de generaciones de Costariquenses quienes cementaron las bases de un gran país aferrado a la familia y a la vida », dijo en un video difundida en las redes sociales.
Los diputados intentaron varias veces impedir la legalización, sin lograr reunir los apoyos necesarios en el Parlamento. El parlamento unicameral de Costa Rica cuenta, desde las elecciones de febrero del 2018, con 14 representantes del partido evangelista por un total de 57 miembros.